Editorial:

El sol del Magreb

Europa posee muy pocas fuentes de energía propias, y de ahí su gran dependencia de terceros países. Y el problema empeorará a medida que se vayan agotando los yacimientos del mar del Norte y se encarezcan los hidrocarburos importados. La fuente renovable más abundante es la energía solar, por lo que se estima que, a largo plazo, deberá desempeñar un papel central en el suministro energético. Ésta es la razón de que se contemple la posibilidad de que el Magreb pueda proporcionar una fracción significativa de la energía necesaria en Europa, en forma de electricidad generada en grandes plantas so...

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Europa posee muy pocas fuentes de energía propias, y de ahí su gran dependencia de terceros países. Y el problema empeorará a medida que se vayan agotando los yacimientos del mar del Norte y se encarezcan los hidrocarburos importados. La fuente renovable más abundante es la energía solar, por lo que se estima que, a largo plazo, deberá desempeñar un papel central en el suministro energético. Ésta es la razón de que se contemple la posibilidad de que el Magreb pueda proporcionar una fracción significativa de la energía necesaria en Europa, en forma de electricidad generada en grandes plantas solares situadas en sus regiones más desérticas y transportada mediante líneas de alta tensión que unan los dos continentes.

La idea ha sido desarrollada por un conjunto de empresas e instituciones alemanas que inician esta semana las primeras fases, de estudios y planeamiento, de un proyecto que debería extenderse a lo largo de décadas con el objetivo de proveer a Europa de electricidad solar generada en el norte de África. Las dificultades son considerables, dada la escala a la que se pretende implantar la tecnología solar termoeléctrica, todavía poco desarrollada, pero algunos Gobiernos norteafricanos ven en el proyecto una gran oportunidad para crecer, crear empleos y mejorar su nivel económico y social.

España es hoy el país que lidera tanto la instalación como la explotación de plantas solares termoeléctricas en el mundo, y las empresas españolas son activas tanto en el mercado español como en el de Estados Unidos, segundo país en proyectos en marcha. Se encuentran, así, en inmejorable posición para participar en el esfuerzo de inversión que supondría poner en valor la radiación solar del Magreb; y el hecho es que algunas ya están involucradas en los primeros proyectos, a escala muy reducida, para ensayar las posibilidades de producción y transmisión de electricidad solar.

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