La huelga de autobuses coge desprevenidos a la mayoría de barceloneses

El paro de cinco horas (entre las 11.00 y las 16.00) en los autobuses de Barcelona y su área de influencia fue seguido masivamente y pilló ayer desprevenidos a no pocos barceloneses. Cuando ya no circulaban los vehículos, la gente seguía en las paradas, ignorante, en muchos casos, de la convocatoria de paro. En los autobuses que no circulaban y en algunas marquesinas y postes había pequeños carteles que daban cuenta de la huelga. Unos habían sido instalados por la empresa; otros, pequeñas octavillas en blanco y negro, eran obra manifiesta de los huelguistas. Pero la distribución de los avisos...

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El paro de cinco horas (entre las 11.00 y las 16.00) en los autobuses de Barcelona y su área de influencia fue seguido masivamente y pilló ayer desprevenidos a no pocos barceloneses. Cuando ya no circulaban los vehículos, la gente seguía en las paradas, ignorante, en muchos casos, de la convocatoria de paro. En los autobuses que no circulaban y en algunas marquesinas y postes había pequeños carteles que daban cuenta de la huelga. Unos habían sido instalados por la empresa; otros, pequeñas octavillas en blanco y negro, eran obra manifiesta de los huelguistas. Pero la distribución de los avisos no era mayoritaria.

"¿Huelga?, sí, bien, pero algún autobús habrá", preguntaba con cierta incredulidad uno de los usuarios que llevaba 20 minutos esperando en la calle de València junto a Muntaner. No iba solo, sino con el resto de la familia: sumaban seis personas. "Pues en un taxi no cabemos", apuntó una vez convencido de lo irreversible de la situación. Eran las 13.35 horas.

Lo cierto es que el seguimiento de la convocatoria fue casi general. Hubo algunas excepciones. Una de ellas, un conductor de la línea 59. A las 15.15 horas, aproximadamente, el autobús que conducía por la avenida de Josep Tarradellas se quedó sin un cristal lateral, a consecuencia de una pedrada. Fue el único incidente de ayer.

El periodo de huelga fue aprovechado por los empleados de TMB para realizar una asamblea en la que, contra la opinión de Comisiones y de UGT, salió adelante la decisión de repetir la huelga si la empresa no acepta las peticiones del colectivo. Los huelguistas sostienen que la dirección de TMB pretende aumentarles la jornada semanal, mientras que la empresa sostiene que lo único que hace es recomponer los horarios tras el pacto alcanzado para que los trabajadores pudieran librar dos días seguidos cada semana. A la asamblea acudieron unos 400 empleados, sobre una plantilla de 4.000, de los que 3.000 son conductores. Una página en Internet incluye nombres y fotografías de conductores que ayer se negaron a secundar el paro.

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