¿Socialista y obrero?

Al final va a resultar que ni socialista ni obrero. El partido del Gobierno, que no parece tomar nota del aviso que sus electores le hemos dado en las urnas de los pasados comicios europeos, toma como primera medida poselectoral la subida de los impuestos del tabaco y los carburantes. Medidas que tienen un afán recaudatorio y que afectarán principalmente a las rentas más bajas.

Son medidas que pretenden un uso más consciente de los automóviles y una disminución del consumo de tabaco, ambas razones poderosas para aplicarlas; pero si no son complementadas con medidas fiscales que graven d...

Al final va a resultar que ni socialista ni obrero. El partido del Gobierno, que no parece tomar nota del aviso que sus electores le hemos dado en las urnas de los pasados comicios europeos, toma como primera medida poselectoral la subida de los impuestos del tabaco y los carburantes. Medidas que tienen un afán recaudatorio y que afectarán principalmente a las rentas más bajas.

Son medidas que pretenden un uso más consciente de los automóviles y una disminución del consumo de tabaco, ambas razones poderosas para aplicarlas; pero si no son complementadas con medidas fiscales que graven de algún modo las rentas más altas (tipo rescatar el eliminado impuesto de sucesiones, aumentar el tipo máximo del IRPF o el anunciado cambio de fiscalidad de las hipotecas), siempre seremos los mismos los que paguemos los excesos económicos de los más poderosos. Y esto no es socialista ni obrero.- Luis del Castillo Vergara. Sevilla.

Uno no acaba de entender que un Gobierno, especialmente socialista, grave de manera urgente, en tiempos de crisis, el tabaco (sobre todo el de liar) y la gasolina. ¿No sería más adecuado aumentar los impuestos por ejemplo de los yates de más de 24 metros, los automóviles de lujo, las fiestas de postín o el armamento que nunca se dispara porque es humanitario.