Lorca, el franquismo e Isabel II, en el examen de Selectividad
Hay cosas que no cambian nunca. Los nervios siempre afloran el primer día de selectividad. Pero este año es el último examen de la LOGSE. A partir del curso que viene los alumnos podrán hacer una prueba para subir nota.
Algunos de los 23.172 estudiantes madrileños que ayer se enfrentaron a la prueba habían dormido poco y mal. "Me he tenido que tomar una tila", cuenta aún temblorosa Cristina Mohedano a las puertas de Odontología de la Complutense. "Yo he mezclado un montón de infusiones", añade su amiga Ángela Goyita tras el primer examen, el de lengua y literatura. Tenían que elegir ent...
Hay cosas que no cambian nunca. Los nervios siempre afloran el primer día de selectividad. Pero este año es el último examen de la LOGSE. A partir del curso que viene los alumnos podrán hacer una prueba para subir nota.
Algunos de los 23.172 estudiantes madrileños que ayer se enfrentaron a la prueba habían dormido poco y mal. "Me he tenido que tomar una tila", cuenta aún temblorosa Cristina Mohedano a las puertas de Odontología de la Complutense. "Yo he mezclado un montón de infusiones", añade su amiga Ángela Goyita tras el primer examen, el de lengua y literatura. Tenían que elegir entre un texto de La casa de Bernarda Alba, de Federico García Lorca, y otro de La pedagogía contra Frankenstein, de Miguel Ángel Santos Guerra. Las dos se quedaron con Lorca.
Tampoco cambian los intentos de trampear. Un par de chicos fantaseaban en la cafetería de Farmacia con colar una chuleta en la prueba de la tarde. Una cadena de sándwiches de Madrid ofrecía ayer uno gratis al que le entregara su chuleta. El examen de historia también ofrecía dos opciones. O la reina Isabel II o el franquismo. "Estoy eufórico", proclamaba Rodrigo Marín, otro estudiante. Eligió a la reina y lo bordó. Necesita un cinco raspado para entrar en Filología Inglesa, explicaba esquivando compañeros que retransmitían novedades por el móvil. Su profesor, Jesús Sánchez, ratificó que había sido un examen "facilísimo". ¿La clave? "Clavar codos y dejarse el culo cuadrado". Las pruebas siguen hoy.