Interior defiende la actuación de los Mossos la noche de la Champions
Un tercer joven también denuncia que fue herido por pelotas de goma
El secretario de Seguridad Pública de la Generalitat, Joan Delort defendió ayer la actuación de los Mossos d'Esquadra durante la celebración de la Champions, que se saldó con 119 heridos. Tres jóvenes heridos de gravedad fueron supuestamente alcanzados por pelotas de goma que lanzaron los agentes antidisturbios. En conversación con este diario, Delort, lamentó los incidentes y subrayó que no se ha abierto ninguna investigación formal, aunque sí se están recabando datos para aclarar con precisión los hechos. Según el secretario, los mossos actuaron correctamente y siguieron el protocolo ...
El secretario de Seguridad Pública de la Generalitat, Joan Delort defendió ayer la actuación de los Mossos d'Esquadra durante la celebración de la Champions, que se saldó con 119 heridos. Tres jóvenes heridos de gravedad fueron supuestamente alcanzados por pelotas de goma que lanzaron los agentes antidisturbios. En conversación con este diario, Delort, lamentó los incidentes y subrayó que no se ha abierto ninguna investigación formal, aunque sí se están recabando datos para aclarar con precisión los hechos. Según el secretario, los mossos actuaron correctamente y siguieron el protocolo sobre utilización de escopetas antidisturbios.
Edgar López, un joven de 23 años, fue uno de los aficionados azulgrana que resultaron heridos durante la masiva celebración en torno a la fuente de Canaletes, adonde acudieron unas 100.000 personas. Hasta ayer, estaba en la UCI del hospital del Mar por una "contusión pulmonar y cardiaca", según un portavoz del centro hospitalario. El afectado, vecino de Reus, ingresó la madrugada del pasado sábado en estado muy grave, aunque ahora se recupera de forma satisfactoria, según las mismas fuentes. Edgar ha denunciado a la policía autonómica ante el juzgado: dice que la lesión le fue causada por un pelotazo de goma lanzado por un agente de la Brigada Móvil en La Rambla.
Los sindicatos dicen que los agentes cumplieron los protocolos
Edgar es el tercer joven que denuncia a los Mossos d'Esquadra por mala praxis durante los altercados en el centro de Barcelona. Aunque no tienen constancia "formal" de esa denuncia, los Mossos están tratando de aclarar ese caso, así como el de otros dos jóvenes que fueron heridos esa misma noche y han perdido la visión de un ojo. Se trata de Òscar Alpuente (28 años) y Jordi Naval (24). Ninguno de los dos podrá volver a ver por el ojo izquierdo porque, supuestamente, les alcanzó una pelota de goma.
En el momento de máximo apogeo de los disturbios (pasadas las dos de la madrugada), Edgar estaba en La Rambla "con unos amigos", explicó ayer su tía Remei. Un agente de los Mossos le indicó que debía apartarse a la acera. El joven lo hizo "con las manos en alto, para indicar que se iban de allí y que no querían saber nada de lo que pasaba", dijo Remei. Según su relato, Edgar vio "cómo la pelota iba hacia él (...). "Tuvo convulsiones y perdió la conciencia". Después de ser atendido, fue trasladado al hospital.
Fuentes de Interior aseguraron ayer que se aprecian ciertas "contradicciones" en las declaraciones de algunos de los implicados. Por ejemplo, a la hora de ubicar el lugar exacto en el que ocurrieron los hechos. En una línea similar se expresaron los sindicatos policiales, que defendieron a los antidisturbios y cuestionaron la veracidad de las denuncias.
El secretario general del Sindicato de Policías de Cataluña (SPC), David José, puso en duda que alguien que no quisiera participar en los incidentes estuviera presente en el momento de los disturbios. Sobre todo si se tiene en cuenta que se realizaron diversos avisos por megafonía. Los jóvenes, sin embargo, sostienen que se vieron "atrapados" en los altercados y que no pudieron salir de allí. "Quien se queda cuando los Mossos ya han avisado sabe lo que pasará. Y si se queda, es su responsabilidad", dijo David José.El portavoz de SAP-UGT, Valentín Anadón, aseguró que los Mossos no dispararon en ningún caso desde menos de 50 metros de distancia, como marcan los protocolos.