Barcelona se prepara para afrontar "la madre de todas las celebraciones"

Los Mossos tomarán el centro de la ciudad y el metro abrirá hasta las 2.00

Barcelona se prepara para afrontar esta noche "la madre de todas las celebraciones", en palabras de un mando policial. Todo depende de si el Barça es capaz de vencer al Manchester en la final de la Champions. Si lo logra, se desatará la euforia, especialmente en el centro de la ciudad. El Ayuntamiento y los Mossos d'Esquadra han echado el resto para evitar en lo posible que la fiesta derive hacia el caos. En los recientes títulos conquistados por el Barça (Copa y Liga) no pudieron impedir que un pequeño grupo causara incidentes.

El dispositivo para hoy es similar al de esas dos citas, p...

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Barcelona se prepara para afrontar esta noche "la madre de todas las celebraciones", en palabras de un mando policial. Todo depende de si el Barça es capaz de vencer al Manchester en la final de la Champions. Si lo logra, se desatará la euforia, especialmente en el centro de la ciudad. El Ayuntamiento y los Mossos d'Esquadra han echado el resto para evitar en lo posible que la fiesta derive hacia el caos. En los recientes títulos conquistados por el Barça (Copa y Liga) no pudieron impedir que un pequeño grupo causara incidentes.

El dispositivo para hoy es similar al de esas dos citas, pero más potente. El grueso de las fuerzas -casi todos los agentes antidisturbios, además de decenas de policías de paisano, están movilizados- se concentrará en torno a la fuente de Canaletes. Como avanzó el consejero de Interior, Joan Saura, ése es el lugar tradicional para festejar las victorias del Barça,y es improbable que los aficionados renuncien a él.

Pendientes de Roma, los Mossos se aliarán esta vez con la tecnología: tres furgonetas irán equipadas con cámaras que grabarán lo que suceda y enviarán las imágenes a la sala de mando al instante. Todo esfuerzo es poco, según Interior, si se quieren contener los altercados de las últimas fiestas: lanzamiento de objetos contra la policía, comercios y mobiliario urbano; más de cien jóvenes detenidos, y otros tantos contusionados.

Por la importancia del título europeo, el reto para el orden público es, si cabe, mayor. La celebración de la última Champions lograda por el Barça, en 2006, dejó daños en comercios por valor de 600.000 euros. Algunos no pudieron volver a abrir por las pérdidas. No es un fenómeno nuevo: ya en el triunfo de 1992, el de Wembley, hubo disturbios y 18 detenidos.

Pese a la polémica de los últimos días -los comerciantes pidieron que se alejara la fiesta del centro-, el Ayuntamiento ha decidido mantener el acto de la plaza de Catalunya. Habrá otros dos escenarios para seguir el partido a través de pantallas gigantes: el Miniestadi -las 10.400 entradas para socios y acompañantes se agotaron en unas horas- y el centro comercial Maremàgnum, cerca del puerto.

La patronal del ocio nocturno Fecasarm ha organizado una campaña cívica (Gracias por celebrarlo con Barcivisme) para que un centenar de locales del centro repartan 50.000 posavasos. Por si las llamadas al buen comportamiento no funcionan, el Ayuntamiento avisa: los que vean a un grupo violento deben alejarse de él "para evitar que se aprovechen del anonimato de la masa".

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El Consistorio recomienda desplazarse al centro a pie o en transporte público. Tanto el metro como los Ferrocarrils de la Generalitat amplían su horario y estarán abiertos hasta las dos de la madrugada. Algunas estaciones del Bicing cercanas a Canaletes no funcionarán durante la noche para evitar los destrozos de pasadas celebraciones.

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