Análisis:EL ACENTO

Reparación en el espacio

Si algo ha demostrado el telescopio espacial Hubble es que los servicios de reparación y mantenimiento son una parte integral de cualquier proyecto de ingeniería, incluso del más avanzado. Ni un mes había pasado desde su lanzamiento, en abril de 1990, cuando los científicos de la NASA se dieron cuenta del primer problema grave del telescopio. Por un error en los procesos de control del fabricante, el espejo principal tenía una forma levemente errónea que había pasado inadvertida en tierra, pero que causaba uno de los más viejos inconvenientes conocidos por los ópticos: la aberración esf...

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Si algo ha demostrado el telescopio espacial Hubble es que los servicios de reparación y mantenimiento son una parte integral de cualquier proyecto de ingeniería, incluso del más avanzado. Ni un mes había pasado desde su lanzamiento, en abril de 1990, cuando los científicos de la NASA se dieron cuenta del primer problema grave del telescopio. Por un error en los procesos de control del fabricante, el espejo principal tenía una forma levemente errónea que había pasado inadvertida en tierra, pero que causaba uno de los más viejos inconvenientes conocidos por los ópticos: la aberración esférica, que produce imágenes carentes de la nitidez necesaria para un trabajo de precisión.

La misión de la lanzadera Endeavour en 1993 estuvo dedicada a corregir esos defectos, en una operación sin precedentes que ya entonces implicó cinco paseos espaciales de los astronautas y constituyó uno de los hitos en la pequeña antología de la reparación de averías espaciales. Otras tres misiones dedicadas a restaurar el Hubble siguieron en 1997, 1999 y 2002.

La de ahora tal vez sea la última. El transbordador Atlantis tiene previsto acoplarse mañana al telescopio en una de las operaciones más complejas abordadas hasta ahora. El telescopio está a 563 kilómetros y la estación a 350. El Atlantis no podría refugiarse en la Estación Espacial Internacional (ISS) en caso de accidentes o imprevistos, por lo que la NASA tiene listo un segundo transbordador, el Endeavour, para salir en rescate del primero.

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Estas medidas se plantearon a raíz del accidente del Columbia, que sufrió graves desperfectos en su cubierta térmica durante el ascenso. No se apreciaron durante la misión y provocaron su destrucción al reentrar en la atmósfera. Los astronautas darán cinco paseos espaciales para instalar dos nuevas cámaras en el telescopio, reparar otras dos, cambiar los sistemas estropeados y dejar la máquina a punto para seguir en servicio hasta 2015.

El Hubble habrá cumplido entonces un cuarto de siglo en órbita y podrá exhibir una espectacular hoja de servicios que ya es historia de la astronomía. Pero el servicio de reparaciones merecerá una mención de honor.

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