La desconfianza en el seno del PP obliga a Camps a asumir su defensa

La difusión de la conversación con Álvaro Pérez paraliza a los populares

Soledad y desconfianza. El presidente de la Generalitat tuvo que afrontar ayer uno de sus días más amargos tras la publicación en EL PAÍS de una conversación grabada en la investigación del caso Gürtel que muestra la estrecha amistad que unía a Francisco Camps con el responsable de Orange Market, Álvaro Pérez El Bigotes. Pérez, según esta grabación, no solo entregaba trajes a dirigentes del PP, sino que también hizo regalos a la esposa y la hija de Camps.

La publicación del contenido de la conversación telefónica dejó ayer al presidente y al PP en estado de shock. C...

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Soledad y desconfianza. El presidente de la Generalitat tuvo que afrontar ayer uno de sus días más amargos tras la publicación en EL PAÍS de una conversación grabada en la investigación del caso Gürtel que muestra la estrecha amistad que unía a Francisco Camps con el responsable de Orange Market, Álvaro Pérez El Bigotes. Pérez, según esta grabación, no solo entregaba trajes a dirigentes del PP, sino que también hizo regalos a la esposa y la hija de Camps.

La publicación del contenido de la conversación telefónica dejó ayer al presidente y al PP en estado de shock. Camps tuvo que hacer de tripas corazón y acudió, casi sin dormir, a la romería de la Santa Faz en Alicante, arropado por los suyos y en un ambiente de funeral. Al finalizar la romería el jefe del Consell tuvo que asumir su propia defensa y, ante los medios de comunicación, argumentó que su implicación en el caso Gürtel es un "montaje" destinado a dañar su carrera política. "Es todo mentira y, si Dios quiere, en poco tiempo todo el mundo conocerá la verdad", afirmó al ser preguntado por su conversación con Álvaro Pérez. En la estructura nacional del PP la reacción fue de estupor y prudencia a la hora de salir en defensa de Camps.

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Los populares valencianos, acostumbrados a salir en tromba a defender a su presidente, guardaron ayer un extraño silencio, probablemente fruto de la desconfianza que el contenido de la grabación ha provocado en el seno del PP. Tras más de dos meses de escándalos relacionados con el caso Gürtel, varios cargos del partido apuntaron ayer que se necesita algo más que la apelación a la confianza, la honradez y la buena gestión de Camps para mantener la cohesión en torno al presidente de la Generalitat.

A diferencia de semanas anteriores, la mayoría de consejeros, diputados y alcaldes -incluida la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, y los presidentes de las diputaciones provinciales- guardaron silencio. En las filas populares no se ocultaba la preocupación por cómo puede afectar a Camps el hecho de que el escándalo alcance a su entorno familiar más próximo, aunque nadie se atrevía a vaticinar cómo se desarrollarán los acontecimientos en las próximas semanas.

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La dirección regional del PP se limitó a mantener los comunicados de oficio contra el secretario general del PSPV, Jorge Alarte, y los socialistas. Y sólo el vicepresidente primero del Consell, Vicente Rambla, y el vicepresidente de la Mesa de las Cortes, Antonio Clemente, salieron en defensa de Camps. Rambla recalcó su "total confianza en la honorabilidad" de Camps e instó a la Policía a aclarar el origen de las filtraciones del contenido del sumario que instruye el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana.

Clemente tachó de "ruin que los socialistas valencianos tengan que recurrir a las difamaciones y a las filtraciones para hacer política".

El ambiente de desolación se dejó sentir también en el seno del Gobierno valenciano, que trasladó una jornada más una sensación de parálisis difícil de ocultar.

Por el contrario, el secretario general del PSPV, Jorge Alarte, pidió al jefe del Consell que dé cuenta de sus responsabilidades políticas en las Cortes Valencianas, que es donde tiene que "explicar por qué tenía una relación persistente, continuada y sistemática con Orange Market, con Álvaro Pérez y con los responsables de la trama de corrupción de la que algunos se encuentran en prisión".

"Ya sabemos la sisa del presidente, las medidas del traje, dónde va y quién es el sastre y pasamos un paso adelante. Hoy tenemos la constatación de que en esta trama el presidente tenía una relación íntima y confirmada [con Álvaro Pérez]".

El delegado del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Ricardo Peralta, por su parte, afirmó que "ni el peor enemigo de Camps podría imaginar un escenario más perjudicial para él mismo".

La coordinadora general de Esquerra Unida, Marga Sanz, tachó de "vergüenza" que Camps evite las Cortes Valencianas para contar "la verdad de la que presume". Sanz instó al presidente de la Generalitat y al portavoz del Grupo Popular en las Cortes Valencianas, Ricardo Costa, a "abandonar sus cargos para garantizar la honorabilidad de las instituciones".

Canal 9 oculta el caso

Canal 9, la televisión pública sufragada con los impuestos de los valencianos, demostró ayer nuevamente su capacidad para hacer caso omiso de todo aquello que pueda resultar perjudicial para los intereses del PP y del presidente de la Generalitat. Las secciones sindicales de UGT y Comisiones Obreras en Canal 9 denunciaron la ocultación de las conversaciones entre Camps y Álvaro Pérez, así como las manifestaciones del propio jefe del Consell sobre la decisión del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana de investigar si cometió un delito de cohecho. "La realidad existe aunque nuestros directivos la censuren en una nueva muestra patética de servilismo", afirmó ayer CC OO. "Lo que a nosotros se nos prohíbe ofrecer se puede seguir en otros medios", añadió el sindicato.

Este sindicato volvió a reclamar ayer la dimisión del director general de Ràdio Televisió Valenciana (RTVV), Pedro García, que mantiene una estrecha relación de amistad con Álvaro Pérez y que, según el auto del juez Baltasar Garzón, también recibió trajes de Orange Market.

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