Vaivén

Se marcha el ministro de Cultura que la pasada semana discutió mucho con gentes del cine en una reunión privada de la que ha acabado sabiéndose casi todo. Y entra una ministra nueva, de la que algunos opinan que al menos en lo que se refiere al cine debe de ser conocedora de los intríngulis. Ojalá, porque en lo tocante a ministros culturales este Gobierno y los anteriores llevan una temporada sin dar pie con bola. La nueva ministra es guionista reputada -su último trabajo, Mentiras y gordas, está arrasando en la cartelera-, y directora de un par de películas, amén de presidenta de la Ac...

Se marcha el ministro de Cultura que la pasada semana discutió mucho con gentes del cine en una reunión privada de la que ha acabado sabiéndose casi todo. Y entra una ministra nueva, de la que algunos opinan que al menos en lo que se refiere al cine debe de ser conocedora de los intríngulis. Ojalá, porque en lo tocante a ministros culturales este Gobierno y los anteriores llevan una temporada sin dar pie con bola. La nueva ministra es guionista reputada -su último trabajo, Mentiras y gordas, está arrasando en la cartelera-, y directora de un par de películas, amén de presidenta de la Academia. Veremos.

Sin embargo, esta noticia no podrá ser comentada por los agudos colaboradores del programa de radio Lo que yo te diga, que esta semana se ha despedido de las ondas. Llevaba 20 años dando buena información e inteligente caña, pero el fantasma de la crisis, que vale tanto para un roto como para un descosido, se lo ha llevado por delante. Malos tiempos para la lírica. Ahora lo que más parece importar es cómo se recibe este inesperado relevo en Cultura, y si las gentes del cine acabarán discutiendo con la ministra nueva como lo hicieron con el ministro cesante. Y el cine español, ¿mejorará con ello? Interrogantes que han convulsionado no sólo al mundillo cinematográfico, favoreciendo que Lo que yo te diga haya hecho mutis por el foro discretamente cuando en realidad hubiera merecido una ovación. O, mejor aún, quedarse.