España, sin margen para nuevos planes
España carece de margen presupuestario para embarcarse en nuevos planes anticrisis sin que éstos resulten, a la larga, contraproducentes, según la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE). Klaus Schmidt-Hebbel, economista jefe de esta organización, con sede en París y que agrupa a los países más desarrollados del mundo, fue claro: "No es recomendable que España forme parte de los países que expandan su programa fiscal, fundamentalmente por el hecho de que ya el aumento del déficit va a ser muy importante y los niveles de deuda tampoco van a ser despreciables".
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España carece de margen presupuestario para embarcarse en nuevos planes anticrisis sin que éstos resulten, a la larga, contraproducentes, según la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE). Klaus Schmidt-Hebbel, economista jefe de esta organización, con sede en París y que agrupa a los países más desarrollados del mundo, fue claro: "No es recomendable que España forme parte de los países que expandan su programa fiscal, fundamentalmente por el hecho de que ya el aumento del déficit va a ser muy importante y los niveles de deuda tampoco van a ser despreciables".
En las previsiones económicas para 2009 y 2010 presentadas ayer por esta organización se analizan los distintos planes anticrisis y medidas fiscales encaminadas a animar la economía de los distintos países desarrollados. Se especifica que el provecho de nuevas medidas depende "de la situación concreta de cada país". Cita a algunos cuyas posibilidades presupuestarias y su menor deuda les dan un mayor margen de maniobra: Australia, Suiza, Corea, Canadá, Holanda y algunos países nórdicos.
Para el resto, entre los que se cuenta España, es mejor abstenerse "a no ser que la situación degenere mucho más de lo que está previsto".
España, según los cálculos de la OCDE, ha adoptado un paquete fiscal importante encaminado a reactivar la economía que corresponde aproximadamente al 3,5% del PIB de 2008. Este dato coloca a España por encima de la media de los miembros de la OCDE, que han destinado al mismo concepto un promedio del 2,5%. De hecho, no hay muchos países desarrollados que superen a España en este concepto: Estados Unidos ha destinado un 5,6% de su PIB y Australia, por su parte, el 4,4%.
Los datos incluyen únicamente los planes de estímulo fiscal, no las medidas destinadas a rescatar el sector financiero, ni el efecto de los estabilizadores automáticos.