"¿Cómo está lo de los trajes?"
La trama de corrupción se cuela a última hora en la sátira de algunas fallas
Los lemas centrales de las fallas de Valencia se decidieron hace meses para modelar a tiempo las figuras de los centenares de monumentos que lucen en las plazas y calles de la ciudad. La crisis económica, las penurias del Valencia CF, la burbuja inmobiliaria, el conflicto en torno a la asignatura de Educación para la Ciudadanía, los piques del mundo fallero con la comisión de Nou Campanar..., eran todos temas esperados. Pero la actualidad política más reciente no ha escapado al sentido crítico y a la ironía de los artistas falleros, que han aprovechado los retoques de última hora para colar en...
Los lemas centrales de las fallas de Valencia se decidieron hace meses para modelar a tiempo las figuras de los centenares de monumentos que lucen en las plazas y calles de la ciudad. La crisis económica, las penurias del Valencia CF, la burbuja inmobiliaria, el conflicto en torno a la asignatura de Educación para la Ciudadanía, los piques del mundo fallero con la comisión de Nou Campanar..., eran todos temas esperados. Pero la actualidad política más reciente no ha escapado al sentido crítico y a la ironía de los artistas falleros, que han aprovechado los retoques de última hora para colar en sus obras referencias a la trama de corrupción vinculada al PP que investiga el juez Garzón, y a la polémica dimisión del ex ministro de Justicia Mariano Fernández Bermejo.
"Garzón nos lo ha puesto a huevo", afirman en Almirante Cadarso
Los artistas lanzan dardos contra la cacería del ex ministro de Justicia
El potencial satírico de los trajes que supuestamente recibió de la trama corrupta el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, lo ha explotado con concisión el artista Jordi Fresquet en el remate de su falla para la plaza del Doctor Collado. Bajo la gran cabeza de la alcaldesa, Rita Barberá, cuelga un cartel con la sonora pregunta de: "¡¡¡Eee!!! Camps, ¿cómo está lo de los trages?". Le contesta otro bocadillo bajo la ancha sonrisa de Camps, con un "Santa Rita, Rita, Rita, lo que se da no se quita" abierto a interpretaciones.
Orange Market, la empresa de Álvaro Pérez, alias El Bigotes, que organizó numerosos actos para el PP, es el blanco de la ironía en la falla de Quart Palomar. Junto a un puesto de mercado en el que se venden diversos productos, se ofrece cocodrilo, con este comentario: "Per a cocodrils ja teníeu als d'Orange Market eixos!!!". El artista, Fede Ferrer, "hace lo que cree conveniente", explica José Claver, miembro de la falla. "Hablamos con él del tema general, pero no le inducimos a poner nada, él decide", añade Claver.
La capacidad de reacción de los artistas falleros ante los acontecimientos de las últimas semanas queda patente también en la falla de Almirante Cadarso-Conde de Altea. En medio de una excavación y vestido de boy scout, el juez Garzón ha desenterrado los huesos de la memoria histórica, pero también otros que no le hubiera gustado encontrar, como los del "any sabàtic", la "caceria privada" y los "cobraments en negre". Las últimas investigaciones del juez asoman de tres cajas que contienen el "cas Gürtel", "Special Events" y "Orange Market". "Garzón nos lo ha puesto a huevo", afirma José Luis Llorens, presidente de la falla, encantado con la munición extra de humor.
En otras fallas de la sección especial los artistas disparan contra la cacería en la que participaron el ex ministro Bermejo -sin licencia- y Garzón, como ocurre en el monumento de la plaza del Pilar, y en Convento-Jerusalén, que exhibe una cabeza de venado con escopeta y prismáticos.
Fuera de concurso, la crítica siempre mordaz y desenfadada de la falla de Arrancapins engloba bajo el lema Ací no passa res el conformismo valenciano ante la realidad oculta tras el mundo de fábula que vende el PP.
La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, es un año más la figura política más retratada, en algunos casos acompañada de Camps. En la falla de Sueca-Literato Azorín, buscan oportunidades de éxito montados en el carro de los eventos, pero se topan con un gran stop. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, con la cara embutida en una luna; la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega, convertida en momia, y el ministro de Economía, Pedro Solbes, vestido de pastor, son otros personajes expuestos a la ironía.