Los 'aliens' de Andalucía

Plantas que crecen y se expanden por la superficie de los ríos, los tapizan y no permiten que la luz traspase el agua, por eso mueren algas y peces, y en consecuencia, que las aves no puedan alimentarse y también mueran. Esto pasa en un espacio protegido como el Parque Natural de Doñana; hay otras especies que producen alergias o invaden marismas en el litoral gaditano. E invertebrados que se reproducen de forma vertiginosa y acaban con el ecosistema de un paraje o que excavan galerías y provocan la erosión de las riberas de los ríos... Son los aliens (en inglés) de Andalucía, las espec...

Plantas que crecen y se expanden por la superficie de los ríos, los tapizan y no permiten que la luz traspase el agua, por eso mueren algas y peces, y en consecuencia, que las aves no puedan alimentarse y también mueran. Esto pasa en un espacio protegido como el Parque Natural de Doñana; hay otras especies que producen alergias o invaden marismas en el litoral gaditano. E invertebrados que se reproducen de forma vertiginosa y acaban con el ecosistema de un paraje o que excavan galerías y provocan la erosión de las riberas de los ríos... Son los aliens (en inglés) de Andalucía, las especies invasoras.

"Son plantas o animales que provienen de otros países y que, al introducirse en los ciclos biológicos de una región, la alteran o la destruyen. Además, se reproducen solos porque son más fuertes y amenazan los ecosistemas naturales, los cultivos, el ganado y hasta la salud", aclara Montserrat Vila, investigadora científica del CSIC en la Estación Biológica de Doñana. "Hay otras exóticas que están controladas y se aprovechan".

Hay más de 300 especies de plantas invasoras e incontables animales

El intercambio de especies comenzó en el Neolítico, pero los barcos de Cristóbal Colón revolucionaron su trasiego en el siglo XV. Portaron dentro de sus bodegas plantas y animales de territorios allende las fronteras del Viejo Continente. Después las distancias entre tierras se hicieron más cortas, y el surgimiento de especies exóticas ha sido exponencial. Algunas son curiosidades, otras alimentos cotidianos, pero en Andalucía hay actualmente cerca de 300 especies de plantas invasoras e incontables animales que alteran el ecosistema propio y que provocan la homogeneización de la naturaleza y de los ecosistemas.

"La expansión de la flora invasora disminuye el espacio y los recursos disponibles para las especies autóctonas, lo que da lugar a su desplazamiento y consiguiente pérdida de diversidad; además, incrementan la frecuencia de incendios, producen daños en las costas, los ríos y el campo, alteran el paisaje, afectan a infraestructuras e incluso producen riesgos para la salud humana, como alergias o dermatitis", detalla Vila.

La fauna también deja su huella. Cecilia Montiel, responsable del área de conservación de la naturaleza de Ecologistas en Acción Andalucía, comenta que, "por ejemplo, los peces propician el declive de especies amenazadas, los black bass y los lucios son predadores, y las carpas son responsables de la turbidez en el agua, lo que provoca menos penetración de la luz del sol".

Un análisis de Monserrat Vila sobre La gestión de las plantas exóticas en los espacios naturales españoles, revela que la Junta de Andalucía es la única que realiza programas de gestión de las especies invasoras. La Consejería de Medio Ambiente ha invertido desde 2004 alrededor de 5,5 millones de euros. La directora general de Gestión del Medio Natural, Marina Martín, afirma que el "no actuar resultaría más costoso que tener los planes de prevención y control con los que trabajamos". Prácticamente por toda la región hay dispositivos de prevención del mejillón cebra, especialmente dañino. "Las especies ya asentadas se erradican de forma manual, para no afectar a las autóctonas. Hemos retirado 3.500 toneladas de biomasa, entre otras medidas".

La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza considera la gestión de las especies invasoras y la preservación de los hábitats nativos líneas prioritarias en la conservación de la biodiversidad y actualmente, desde la Estación Biológica de Doñana, se trabaja en un proyecto europeo llamado Daisie de clasificación de especies invasoras. "Aquí no hay conciencia, pero en Australia, por ejemplo, fumigan antes de salir del avión. Habría que dejar a cada especie en su lugar", destaca Vila.

Cecilia Montiel matiza que "no es que los nuevos inquilinos sean malos, tan sólo viven en un sitio al que no están adaptados y con el que no han evolucionado".