Azkarate sobre el dictamen del Guggenheim: "No tengo nada que decir"

La consejera de Cultura y portavoz del Gobierno, Miren Azkarate no quiso ayer opinar ni sobre el contenido del dictamen parlamentario sobre el caso Guggenheim ni sobre el alineamiento de uno de los partidos del Gobierno con la oposición. "No tengo nada que decir", respondió a ambas cuestiones.

En contraste con el esfuerzo desplegado por el lehendakari, desde el PNV no ha habido ninguna intervención especial. El calificativo de "desleal" referido a EA -ya lo fue "birlándonos un montón de alcaldías en 2007"- está en boca de cualquier fuente que se consulte, pero nada más. Lo...

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La consejera de Cultura y portavoz del Gobierno, Miren Azkarate no quiso ayer opinar ni sobre el contenido del dictamen parlamentario sobre el caso Guggenheim ni sobre el alineamiento de uno de los partidos del Gobierno con la oposición. "No tengo nada que decir", respondió a ambas cuestiones.

En contraste con el esfuerzo desplegado por el lehendakari, desde el PNV no ha habido ninguna intervención especial. El calificativo de "desleal" referido a EA -ya lo fue "birlándonos un montón de alcaldías en 2007"- está en boca de cualquier fuente que se consulte, pero nada más. Lo de ahora, dicen, "no es tampoco entendible dentro de las reglas de juego entre socios en un Gobierno, pero ya no sorprende, era esperable". Las filas del tripartito están rotas, admiten, pero no de ahora, sino desde que EA cortó con la coalición electoral y revalidó el mes pasado esa decisión. "Aquí ya no hay amigos, sólo adversarios", afirman.

Ezker Batua parece más determinada a mantenerse hasta el final en la fidelidad al socio mayoritario en el Gobierno y al lehendakari. Los problemas internos, con el abandono de militantes y el anuncio de la constitución por parte de otros de una nueva formación absorben la mayor parte de la atención de sus dirigentes.

Entre el PNV y EA, sin embargo, incluso el asesinato de Ignacio Uria ha dado lugar a un encontronazo de alta intensidad, con Ziarreta acusando a su socio de "carroñerismo político", en relación con la alcaldía de Azpeitia. En realidad, es en los ayuntamientos donde empezó a descomponerse el núcleo del tripartito -la alianza PNV-EA-, tras la ruptura de ésta en las elecciones municipales de 2007 y la pérdida de alcaldías peneuvistas a manos de sus socios en compañía de otros.

Más allá de la consulta

La reacción ante la anulación de la consulta también les ha separado, pero ha habido muchos otros desacuerdos, como la exigencia de la cartera de Hacienda en la Diputación guipuzcoana tras el escándalo de Irún o la postura sobre el Impuesto de Sociedades o la cueva de Praileaitz. El puerto exterior de Pasajes o la ampliación del aeropuerto de Hondarribia han propiciado otros desmarques de EA, mientras este partido opina que el PNV usó las diputaciones de Álava y Vizcaya para parar la Ley Municipal, consensuada en el tripartito. También se opuso en el Parlamento, votando junto al PP, a la aplicación a los agricultores del canon sobre el agua previsto en la ley que elaboró Medio Ambiente (EA).

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