Cartas al director

Inflación 'versus' crecimiento

La Reserva Federal, tras los efectos demoledores de la falta de regulación en el asunto de las hipotecas subprime que llevó a los EE UU a las puertas de la recesión, hizo de la necesidad virtud y echó mano de la imaginación (cuando el suelo cedía bajo sus pies, aprendió a volar): optó por el crecimiento, bajando los tipos de interés hasta el 2%, y se ha aprovechado de la lógica debilidad del dólar, consiguiendo un crecimiento de la economía del 3,3% en el segundo trimestre, precisamente, por el incremento de las exportaciones, y ello, a costa de la inflación, que está en el 5,4, por enc...

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La Reserva Federal, tras los efectos demoledores de la falta de regulación en el asunto de las hipotecas subprime que llevó a los EE UU a las puertas de la recesión, hizo de la necesidad virtud y echó mano de la imaginación (cuando el suelo cedía bajo sus pies, aprendió a volar): optó por el crecimiento, bajando los tipos de interés hasta el 2%, y se ha aprovechado de la lógica debilidad del dólar, consiguiendo un crecimiento de la economía del 3,3% en el segundo trimestre, precisamente, por el incremento de las exportaciones, y ello, a costa de la inflación, que está en el 5,4, por encima de la cota española.

En Europa, el obsesionado Trichet ha optado por todo lo contrario, el control de la inflación, subiendo los tipos por encima del 5%, a costa del crecimiento, ahogando la economía. Recientemente ha dicho que el control de precios es la "única" aguja que guía al BCE: la zona euro, encabezada por Alemania, Francia e Italia, sorpresivamente ha entrado en recesión o, al menos, por ser más exactos, en su antesala (falta por ver el próximo trimestre). Y encima no controla la inflación. El resultado es el reforzamiento continuado del dólar respecto del euro. Vemos quién está ganando la partida. Y quién la está perdiendo.

Zapatero, en su día, pidió prudencia a Trichet, respondiendo airado el banquero europeo. Ahora hay más críticas, de Francia, Alemania, etc., sobre todo cuando está bajando el petróleo. Solventar la crisis española (ahora, las crisis europeas) sin disponer de una política monetaria propia resulta muy difícil, por no decir imposible. El BCE debe buscar el equilibrio entre la inflación y el crecimiento. Las recetas que se aplican no son válidas para una crisis tan compleja.

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