Reportaje:

Monumentos no, gracias

La Concejalía de las Artes propone una moratoria del arte público en el centro

La Concejalía de las Artes del Ayuntamiento de Madrid encara el reto de la implantación de arte público en la ciudad con la propuesta de una moratoria para el centro histórico y los ensanches, tanto respecto a las intervenciones permanentes como a las temporales. Así lo pone de manifiesto este departamento municipal en sus directrices enviadas a la Comisión de Calidad Urbana, un organismo mixto de reciente creación que entenderá sobre estos asuntos, vinculados a aspectos tan importantes para la ciudadanía como la memoria, la identidad y la imagen de la ciudad, unida también al propio deleite a...

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La Concejalía de las Artes del Ayuntamiento de Madrid encara el reto de la implantación de arte público en la ciudad con la propuesta de una moratoria para el centro histórico y los ensanches, tanto respecto a las intervenciones permanentes como a las temporales. Así lo pone de manifiesto este departamento municipal en sus directrices enviadas a la Comisión de Calidad Urbana, un organismo mixto de reciente creación que entenderá sobre estos asuntos, vinculados a aspectos tan importantes para la ciudadanía como la memoria, la identidad y la imagen de la ciudad, unida también al propio deleite artístico.

Madrid cuenta con más de un millar de elementos dotados de valor patrimonial histórico-artístico en la escena pública, señaladamente esculturas; 520 fuentes, 486 de ellas ornamentales, y un sinfín de edificios que datan desde la Edad Media, como las iglesias de San Pedro o San Nicolás de los Servitas, en el viejo Madrid, hasta nuestros días, profusamente ornamentados en su exterior o en su interior.

El Ayuntamiento alude al proceso de banalización sufrido en los últimos años
La propuesta subraya el cambio de la posición del artista en la sociedad

La introducción del documento propuesto por la Concejalía de las Artes contempla una triple crisis. En primer lugar, del monumento urbano en sí, que fundamenta en "el cambio de la posición del artista en la sociedad y en el del arte en general". Asimismo, se refiere a la existencia de otra crisis derivada de "la introducción de nuevos materiales y vehículos de expresión de la obra de arte", que vincula a la también definida como crisis de la figuración. Con esta referencia, la propuesta municipal alude a la tradicional polémica entre la figura humana y la abstracción en el mundo del arte, y toma partido por la devaluación de la primera. El documento también subraya "el cambio negativo producido en la percepción del monumento como emanación de un impulso social colectivo" y "su incapacidad de integrarse en el acervo que construye la memoria de la ciudad, ante el proceso de banalización que ha sufrido en las últimas décadas".

Este aserto lo niega en la práctica una escultura de gran aceptación, como la que fue recientemente instalada en la plaza de Antón Martín, sobre un dibujo de Juan Genovés referido a la amnistía y titulada El abrazo, que engloba memoria, identidad y belleza estética, al decir de personas del barrio y visitantes.

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En cuanto a la banalización, la directiva del Colegio de Arquitectos, el Club de Debates Urbanos y Asociaciones de Vecinos han protagonizado numerosas demostraciones de rechazo a la irrupción de elementos escultóricos como La violetera, los chirimbolos o el feísmo de otros hitos instalados en vías públicas.

La Concejalía de las Artes entiende por intervenciones permanentes aquellas que en un espacio público determinado, que se quiere realzar mediante la propia intervención, muestran una voluntad de perdurar. Para estos casos, el departamento municipal propone a la Comisión de Calidad Urbana una receta: "Deberá procurar que la promoción de proyectos sea específica para un lugar concreto", y añade luego que "el lugar se convierte en lo definitorio del proyecto".

Pero la propuesta municipal más sustantiva consiste en ofrecer una moratoria que dé por cancelada la instalación de nuevos monumentos en el Madrid de la almendra central y en los ensanches, por considerar que la monumentalidad ya existente "se encuentra definitivamente consolidada". Admite excepciones: "Salvo aquellas que la Comisión de Calidad Urbana considere que responden a un verdadero impulso social colectivo y a hechos verdaderamente excepcionales". En este sentido, podría considerarse como paradigma el monumento a las víctimas del 11-M, en la glorieta de Atocha.

La propuesta recaba para la Dirección General de Infraestructuras Culturales del Área de las Artes no sólo la recepción de las propuestas de intervenciones, sino también la determinación de su idoneidad, de su interés social y público, la calidad estética del proyecto y la propiedad del ámbito urbano elegido, es decir, cometidos supraestructurales.

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