Análisis:EL ACENTO

Verso suelto... en el PNV

Está comúnmente aceptado, al menos desde Paz en la Guerra de Unamuno, que Bilbao es una ciudad liberal y, sin exagerar, orgullosa de serlo. Para que se entienda mejor una aseveración tan esencialista, los bilbaínos suelen ser resistentes a determinadas cepas víricas que sí afectan a otras localidades del País Vasco y de toda España, como la cepa carlista o la nacionalista. Nadie se sorprenderá entonces de que Bilbao tenga un alcalde como Iñaki Azkuna, de talante liberal, socarrón y desafiante como de pasada. Conecta mejor con los bilbaínos que con su partido, el PNV. En los ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Está comúnmente aceptado, al menos desde Paz en la Guerra de Unamuno, que Bilbao es una ciudad liberal y, sin exagerar, orgullosa de serlo. Para que se entienda mejor una aseveración tan esencialista, los bilbaínos suelen ser resistentes a determinadas cepas víricas que sí afectan a otras localidades del País Vasco y de toda España, como la cepa carlista o la nacionalista. Nadie se sorprenderá entonces de que Bilbao tenga un alcalde como Iñaki Azkuna, de talante liberal, socarrón y desafiante como de pasada. Conecta mejor con los bilbaínos que con su partido, el PNV. En los batzokis debe parecer un doctor House o un Shrek, por la áspera llaneza de sus reflexiones, insultantemente racionales frente a la roma terquedad de los mandamases. El caso es que, en cuanto regresó de un largo tratamiento en Estados Unidos -está aquejado de un cáncer de próstata que, con franqueza espectacular, comunicó a los bilbaínos nada más conocer el diagnóstico- no tuvo empacho en opinar sobre la eterna consulta que pide Juan José Ibarretxe.

Azkuna, de distraídas, que es como decía Ignacio Aldecoa que convenía pasear por Bilbao, se dirigió así al lehendakari: "Mira, chico: si te das tres veces contra la pared, pues dale vuelta a la pared y no vayas una cuarta vez contra la pared. Por lo tanto, si el Gobierno central recurre la consulta, se acabó. Vete por otro camino. Y el camino que tenemos que coger nosotros es el de la centralidad, el que nos ha ido bien siempre". Sensato, ¿no? Aunque, en verdad, la pared de este cuento es Ibarretxe. Todavía hay más. Así explica la decadencia electoral del PNV: "Han venido los soberanistas, que han creído que iban a resolver las cosas con cuatro órdagos, y en política con cuatro órdagos no se hace nada".

Como es sabido, Azkuna carece de poder en el PNV; por tanto, su discurso -que no es nuevo- se perderá como una salida de tono más del alcalde. Él sí es un verso suelto, y no Esperanza Aguirre en el PP. Aunque la prédica de Azkuna sea en el desierto, al menos reconforta. Azkuna se merece ser el alcalde de Bilbao y Bilbao se merece tenerle como alcalde.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En