El Palmar sella la paz

Los pescadores recuperan la unidad tras 10 años de división

En El Palmar, el pueblo de pescadores situado en una pequeña isla del lago de L'Albufera perteneciente a Valencia, los cambios tienen su propio ritmo. Y que las mujeres hayan conquistado el derecho a pescar en la comunidad de pescadores de El Palmar, y se hayan cicatrizado las heridas provocadas por el cambio, ha costado una década.

Ayer, por primera vez en los últimos diez años, se celebró el sorteo de los redolins -los puestos fijos de pesca que se adjudican por sorteo- en un clima de unidad, después de que la cofradía aprobase el reingreso de los pescadores que fueron expulsad...

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En El Palmar, el pueblo de pescadores situado en una pequeña isla del lago de L'Albufera perteneciente a Valencia, los cambios tienen su propio ritmo. Y que las mujeres hayan conquistado el derecho a pescar en la comunidad de pescadores de El Palmar, y se hayan cicatrizado las heridas provocadas por el cambio, ha costado una década.

Ayer, por primera vez en los últimos diez años, se celebró el sorteo de los redolins -los puestos fijos de pesca que se adjudican por sorteo- en un clima de unidad, después de que la cofradía aprobase el reingreso de los pescadores que fueron expulsados por apoyar la demanda planteada en su día por Carmen Serrano y otras mujeres de la Asociación de Amas de Casa Tyrius.

Y al calor de la unidad y el fin del conflicto aparecieron los políticos: la consejera de Agricultura, Maritina Hernández, presidió el acto, y un buen número de concejales del PP y del PSPV bendijo la paz que pone fin a una década de pleitos judiciales, dispendios económicos y desgastes personales.

Hubo 72 peticionarios en el sorteo de redolins. Sólo dos mujeres formalizaron su derecho a explotar un oficio consagrado por Jaume I en Morella en el año 1250 y abierto a las mujeres por sentencia judicial.

El presidente de la cofradía de pescadores de El Palmar, José Caballer, aseguró que tras el fin del conflicto el objetivo "es recuperar la unidad de una institución que tiene 750 años de historia". Caballer aprovechó la presencia de los políticos para pedir mejoras en la calidad del agua del lago y un uso más racional de las compuertas de desagüe.

Una de las mujeres que llevó adelante el pleito, Teresa Chardi, reconoció: "Más vale tarde que nunca, ahora podremos pescar juntos y en convivencia".

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Tras el acto de ayer, falta aún que los vecinos olviden para siempre el conflicto que envenenó El Palmar. Un pueblo donde los cambios van lentos y la elección del redolí se saluda con un "Ave maría purísima".

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