Reportaje:

La Bolsa abre puertas a las pymes

Hasta 400 empresas gallegas pueden dar el salto al Mercado Alternativo

La Bolsa no es sólo para los grandes. Siguiendo los ejemplos británico y francés, España acaba de abrir un segmento dentro de su Mercado Alternativo Bursátil (MAB) para que las pequeñas y medianas empresas puedan negociar sus acciones y darse a conocer. Pero no será fácil. Según los informes que maneja la sociedad Bolsas y Mercados Españoles, que integra los mercados y sistemas financieros nacionales, solo 3.000 empresas de todo el territorio estarían en situación de dar ese salto. En Galicia, unas 400.

Para hacerlo tienen, obligatoriamente, que contratar los servicios de un "asesor reg...

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La Bolsa no es sólo para los grandes. Siguiendo los ejemplos británico y francés, España acaba de abrir un segmento dentro de su Mercado Alternativo Bursátil (MAB) para que las pequeñas y medianas empresas puedan negociar sus acciones y darse a conocer. Pero no será fácil. Según los informes que maneja la sociedad Bolsas y Mercados Españoles, que integra los mercados y sistemas financieros nacionales, solo 3.000 empresas de todo el territorio estarían en situación de dar ese salto. En Galicia, unas 400.

Para hacerlo tienen, obligatoriamente, que contratar los servicios de un "asesor registrado", autorizado por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Esta figura es clave, porque se encargará de valorar si una compañía está preparada para incorporarse al MAB y le ayudará a cumplir los requisitos de adhesión, que no son pocos. También tendrá una función de vigilancia e informará a la Bolsa de cómo se portan las empresas que se vayan integrando.

"Empresas como Blusens, Bricoking o Gadisa podrían acceder al MAB"

De los 14 asesores autorizados que operan en España, sólo uno tiene su sede fuera de Madrid o Barcelona, y está en A Coruña. Se trata de DMC, una empresa que recibió hace dos días el visto bueno de la CNMV y que está liderada por David Carro Meana. Economista empeñado en hacer más visibles las pymes gallegas ante los inversores, justifica su aventura empresarial en clave sentimental, por trabajar en el lugar donde se crió, sin olvidarse de la importante negocio que cree que puede generar el tejido gallego. "Piense que compañías como Blusens, Bricoking, Gadisa y muchas otras podrían salir a Bolsa gracias a esta nueva posibilidad", apunta.

Y todas ellas pueden decidirse a dar el paso por varios motivos: porque necesiten capital para expandirse, por una demanda de mayor liquidez o porque quieran que su empresa sea valorada de forma objetiva. "¿Quién sabía lo que valía Inditex antes de salir a Bolsa? El mercado lo fijó", asegura Carro. Otro asesor registrado, la empresa de capital gallego Solventis, ha abierto oficina en Vigo y en estos momentos negocia con dos firmas industriales la gestión de su colocación en el MAB.

Formas de cotizar

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Cotizar se identifica como una garantía de solvencia, transparencia y prestigio. Y además, da dinero. Alberto Moro, de Solventis, cree que "la financiación, cada vez más difícil de encontrar en las entidades de crédito tradicionales, es uno de los alicientes de estas operaciones".

Al MAB se pueden incorporar acciones que hayan sido previamente objeto de venta o suscripción (pública o no) con un valor estimado (de las acciones objeto de oferta) no inferior a dos millones de euros. Si se solicita la incorporación al mercado sin esa oferta previa, las acciones de las que sean titulares accionistas con porcentajes inferiores al 5% del capital social, también deberán representar en conjunto un valor de dos millones de euros como mínimo.

Todavía no hay ninguna sociedad cotizada en el MAB para empresas en expansión. Cuándo lo hará la primera, ni los técnicos de este mercado lo saben. "Es la pregunta del millón", aseguran desde Madrid. El proceso requiere varios meses y tampoco es barato: "Son tramitaciones que se llevan entre el cinco y el 10% del valor de las acciones que salen a cotización". Dicho así, "puede asustar, pero hay que pensar que se incluyen muchos procesos", desde una migración hacia la Sociedad Anónima (las únicas autorizadas para cotizar) hasta las auditorías, el pago de tasas y una larga lista de operaciones.

En todo caso, "si la empresa acepta asumir estos costes para cotizar, es porque sabe que el valor añadido de la operación será superior a lo que se ha gastado en entrar".

Lo que también tiene que aceptar la firma es la obligación de informar periódicamente a la CNMV sobre hechos relevantes, resultados o participaciones significativas, algo a lo que, en principio, no son muy proclives algunas sociedades.

Al igual que Solventis, DMC asesores tiene ya algunos proyectos en cartera sobre los que tampoco da detalles por el obligado secreto con sus clientes.

Quizá se conviertan, muy pronto, en parte del puñado de sociedades gallegas presentes en la Bolsa.

Sobre la firma

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