Reportaje:

La meca rural del cine

El V Festival de Cans estrena un concurso de cortometrajes

A las puertas del Bar Forte, en Cans (O Porriño), lucía aparcado el chimpín de José Puime, engalanado con xestas y rosas tal como si fuese a llevar de procesión al patrón de la parroquia, San Esteban. El vehículo agrícola de este vecino del lugar era el señuelo para la prensa que ayer se dio cita en la presentación de la quinta edición del Festival de Cine de Cans. Para algo José Puime es uno de los chóferes oficiales del evento, conductor de uno de los chimpines en los que el público y las estrellas del cine viajan de galpón a bodega, bajo o casa en ruinas, en definitiva, allá donde se pueda ...

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A las puertas del Bar Forte, en Cans (O Porriño), lucía aparcado el chimpín de José Puime, engalanado con xestas y rosas tal como si fuese a llevar de procesión al patrón de la parroquia, San Esteban. El vehículo agrícola de este vecino del lugar era el señuelo para la prensa que ayer se dio cita en la presentación de la quinta edición del Festival de Cine de Cans. Para algo José Puime es uno de los chóferes oficiales del evento, conductor de uno de los chimpines en los que el público y las estrellas del cine viajan de galpón a bodega, bajo o casa en ruinas, en definitiva, allá donde se pueda ver cine de muchas latitudes pero, especialmente, el hecho en Galicia.

A las puertas del Bar Forte, en Cans (O Porriño), lucía aparcado el chimpín de José Puime, engalanado con xestas y rosas tal como si fuese a llevar de procesión al patrón de la parroquia, San Esteban. El vehículo agrícola de este vecino del lugar era el señuelo para la prensa que ayer se dio cita en la presentación de la quinta edición del Festival de Cine de Cans. Para algo José Puime es uno de los chóferes oficiales del evento, conductor de uno de los chimpines en los que el público y las estrellas del cine viajan de galpón a bodega, bajo o casa en ruinas, en definitiva, allá donde se pueda ver cine de muchas latitudes pero, especialmente, el hecho en Galicia.

Este año, Puime tendrá más trabajo, porque los lugares de proyección han aumentado. También ha crecido la programación y de hecho, el director del festival, Alfonso Pato, comentó que este es el primer año que todavía no se la sabe de memoria. Entre el 21 y el 24 de este mes, la parroquia de Cans volverá a situarse en el mapa de la mano de la iniciativa que surgió hace cinco años, más en broma que en serio, de la Asociación Cultural Arela.

Aquella gracia superó todas las expectativas y a finales de mes vendrán a experimentarla directores de cine tan consagrados como Juanma Bajo Ulloa y otros con una carrera aún incipiente, como el pontevedrés Mario Iglesias, quien estrenará en Cans Cartas italianas, su última película. El polifacético Víctor Coyote dará un exclusivo concierto en un hórreo sólo para los que quepan en su interior. Tony Lomba y Elio dos Santos y el ex guitarrista, cantante y compositor de Siniestro Total Miguel Costas han anunciado su presencia, al igual que Os Terribles de Tomiño.

Tras bajarse del chimpín para la fotografía con los demás representantes institucionales, casi se le salen los colores al alcalde de O Porriño, el nacionalista Raúl Francés, al enterarse por boca de Pato de que también él será protagonista en Cans. Tendrá el regidor local oportunidad para recordarse interpretando el papel de periodista en el cortometraje Río de sombras, una pieza de 1988 que supuso el debut de la actriz y cantante Teté Delgado.

"Tal y como anda la política, esto puede ser el primer paso para una moción de censura", vaticinó Francés. Otros que podrán hacer sus pinitos serán los participantes en un concurso de cortometrajes al estilo Cans, bautizado 303 (como el número de la salida de la autovía A-52), que tendrán que rodar en la parroquia, tomar algún vecino como figurante y contar con perros y chimpines.

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En el capítulo de homenajes, los premios serán para los actores gallegos Chete Lera y Miguel de Lira y la imprescindible Alicia Sánchez, propietaria del Jalpón Friki, el local en el que se proyectan los trabajos audiovisuales gallegos más desenfadados y experimentales.

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