El PSC evita concretar sus demandas a Zapatero sobre cargos intermedios

Después de los ministros, los secretarios de Estado, subsecretarios y directores de organismos públicos. La cascada de nombramientos que ayer empezó tras la toma de posesión de los nuevos ministros de José Luis Rodríguez Zapatero es seguida en el PSC con tanta o más atención que la prestada la semana pasada en las horas previas al nombramiento de Carme Chacón y Celestino Corbacho como nuevos ministros.

El objetivo inicial del PSC tras aportar sus decisivos 25 diputados a la victoria de Zapatero era no tanto lograr una cuota de ministros como reunir suficientes fuerzas para conseguir el ...

Después de los ministros, los secretarios de Estado, subsecretarios y directores de organismos públicos. La cascada de nombramientos que ayer empezó tras la toma de posesión de los nuevos ministros de José Luis Rodríguez Zapatero es seguida en el PSC con tanta o más atención que la prestada la semana pasada en las horas previas al nombramiento de Carme Chacón y Celestino Corbacho como nuevos ministros.

Ninguno de los nuevos secretarios de Estado nombrados ayer es del PSC

El objetivo inicial del PSC tras aportar sus decisivos 25 diputados a la victoria de Zapatero era no tanto lograr una cuota de ministros como reunir suficientes fuerzas para conseguir el desarrollo completo del Estatuto. Eso implicaba también colocar a personas de confianza en lugares clave en puestos intermedios de ministerios como Fomento, Administraciones Públicas o en el mismo entorno de Zapatero.

José Montilla mostró ayer opacidad absoluta en la ejecutiva del partido para dilucidar si el PSC aumentará realmente su presencia política en el segundo nivel de la Administración. Fuentes de la dirección del PSC explicaron que, por ahora, nadie les ha dado argumentos concretos que justifiquen el "optimismo" que destila la cúpula del partido. "La línea oficial es optimista, otros pensamos que no hay razones para ello", explicó un dirigente del PSC.

Tampoco dio alas al optimismo la primera serie de nombramientos aprobada ayer en Consejo de Ministros. Ni uno solo de los nuevos secretarios de Estado nombrados ayer pertenece al PSC. Diversas fuentes mantienen que los socialistas catalanes tienen garantizada como mínimo la presencia que tuvieron en la anterior legislatura, con David Vegara en Economía e Ignasi Nieto en Energía.

¿Habrá más? El portavoz del PSC, Miquel Iceta, hizo ayer varias piruetas dialécticas para evitar dar respuesta. "Nunca hemos hablado de cuotas; estamos aquí para dar respuesta a la confianza depositada por los ciudadanos". Eso sí. "Cuanta más presencia tengamos, mejor", dijo. Sólo hubo un mensaje de alerta al PSOE y fue para conminar a la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, para que no repita "errores del pasado".

De momento, el PSC intenta sacarle partido a la presencia de sus dos ministros en el Gobierno de Zapatero. Iceta fue ayer tajante al rechazar las críticas de CiU a la "inexperiencia" de Chacón y a la supuesta falta de importancia que el Ministerio de Trabajo e Inmigración tiene para Cataluña. "Sólo desde la miopía política puede decirse que el paro y la inmigración no preocupan a los catalanes", dijo el portavoz del PSC.

Pero Convergència i Unió ha comenzado a cambiar su discurso sobre la idoneidad del Gobierno de Zapatero. Ayer, Josep Antoni Duran Lleida, tuvo buenas palabras para Celestino Corbacho, como también las tuvo Jordi Pujol. Ambos destacaron el "realismo" del ex alcalde de L'Hospitalet para afrontar los retos de la inmigración. No hay duda de que Corbacho, pese a ser una suerte de bestia negra para los nacionalistas en L'Hospitalet de Llobregat [17 concejales para el PSC, 3 para CiU], puede generar mayores entendimientos que Carme Chacón entre ambos partidos.

Duran volvió a dejar la puerta abierta ayer a un eventual entendimiento con el PSOE, incluso para formar un Gobierno de coalición, aunque evitó ponerle fecha. "Ahora no tendría sentido", dijo el democristiano. Tanto el PSOE como CiU piensan darse un margen no inferior a un año para medir sus fuerzas y necesidades. Después, ya liberados de la presión de los congresos de cada partido y con la sentencia del Constitucional sobre el Estatuto ya encima de la mesa, todo puede cambiar.