El alcalde de O Pino intercedió ante los vecinos para favorecer a Fadesa

El jurado de expropiación marcó un precio tres veces superior al de la empresa

"Esto no es Marbella, señores", advierte el alcalde de O Pino, Manuel Taboada Vigo (PP), en la nota de aclaración que ha colgado en la web de este ayuntamiento coruñés. Nada más abrir la página, antes que el habitual saludo del regidor, aparece, subrayada en rojo, su valoración sobre las "zancadillas que instituciones y particulares" han puesto al polígono industrial de O Pino, pegado al aeropuerto de Santiago, y al "progreso económico y poblacional" del municipio. En su artículo, el alcalde denuncia el "repentino interés de algunos por la Ruta Jacobea", que ha llevado a la Consellería...

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"Esto no es Marbella, señores", advierte el alcalde de O Pino, Manuel Taboada Vigo (PP), en la nota de aclaración que ha colgado en la web de este ayuntamiento coruñés. Nada más abrir la página, antes que el habitual saludo del regidor, aparece, subrayada en rojo, su valoración sobre las "zancadillas que instituciones y particulares" han puesto al polígono industrial de O Pino, pegado al aeropuerto de Santiago, y al "progreso económico y poblacional" del municipio. En su artículo, el alcalde denuncia el "repentino interés de algunos por la Ruta Jacobea", que ha llevado a la Consellería de Cultura a paralizar una parte de las obras del parque empresarial hasta que se determine si éstas invaden o no un trecho del Camino de Santiago. Esas supuestas trabas que Taboada denuncia en virtud de "intereses políticos escondidos" chocan directamente con su gestión en favor del parque empresarial, cuatro años de trámites -algunos dudosos- que han desembocado en doce de procesos judiciales todavía por resolver.

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Según él mismo admite, antes incluso de convocar formalmente el concurso para adjudicar el proyecto, que contempla 200 parcelas para naves industriales y un hotel -con una superficie urbanizable total de 473.000 metros cuadrados-, el regidor visitó a los responsables de Fadesa para presentárselo. Y cuando la promotora coruñesa obtuvo la adjudicación del parque empresarial -concurriendo como única oferta a un concurso público abierto- un informe del arquitecto contratado por el ayuntamiento avaló la tasación de la inmobiliaria por las fincas: seis euros por metro cuadrado para unos terrenos que lindan con el aeropuerto de Lavacolla, a 15 minutos de Santiago y que estarán conectados con la autovía que pronto unirá Lugo y la capital de Galicia.

Para vencer la resistencia de algunos vecinos, el alcalde allanó el camino de la inmobiliaria y dirigió un escrito a los propietarios que se negaban a vender. La carta, del 26 de septiembre de 2005, firma del regidor y membrete municipal, cifraba el valor catastral de las tierras en 5,21 euros por metro.

Mutuo acuerdo

Taboada precisaba que "Fadesa, después de varias reuniones con el gobierno local, se comprometió a mantener el precio de 6 a 8 euros por metro cuadrado, para las adquisiciones de mutuo acuerdo que se formalizasen antes de presentar el proyecto de urbanización y expropiación". Por si quedaban dudas, durante esas fechas el alcalde puso a disposición de la empresa el ayuntamiento, para que explicase el trato a "todos los afectados".

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Medio centenar de propietarios aceptaron el precio en los días posteriores, y fueron cerrando acuerdos con Fadesa a través de convenios a cuatro partes por la inmobiliaria, los propios interesados, el secretario del ayuntamiento y el alcalde. Los 52 expedientes que aglutinan en total 400.000 metros cuadrados determinan el importe máximo que la promotora abonó a los dueños de las fincas: seis euros por metro cuadrado más el valor de la madera de los árboles talados. Las escrituras de la compraventa revelan sin embargo que Fadesa pagó hasta cinco precios diferentes por las tierras. Seis euros por metro cuadrado en la mayoría de contratos, dos propietarios que recibieron 5,95 euros por metro cuadrado, otro que percibió 5,41 euros e incluso una vecina que vendió su parcela a la inmobiliaria -como muchos otros antes de que Fadesa firmase el contrato con O Pino- y que sólo recibió 4,11 euros por cada uno de sus 1.262 metros cuadrados.

Otros 70 propietarios que reunían 600.000 metros cuadrados, más de la mitad del suelo del polígono, decidieron no firmar y plantear un contencioso administrativo contra las condiciones de compra. El alcalde despachó sus reclamaciones alegando que se habían producido fuera de plazo. El conflicto lo estudia el Juzgado de lo Contencioso Administrativo de A Coruña. Mientras, el Jurado de Expropiaciones de Galicia, dependiente de la Consellería de Política Territorial, ha encontrado ya un precio justo: 17,53 euros el metro, una cantidad que casi triplica lo que Fadesa pagó a los vecinos que decidieron vender bajo recomendación del alcalde. Como la firma de los contratos fue voluntaria, no podrán reclamar. Los propietarios de la otra mitad de la superficie del futuro parque empresarial (600.000 metros cuadrados) aguardan la resolución del Juzgado de lo Contencioso de A Coruña para reclamar a Martinsa -el grupo inmobiliario que adquirió Fadesa- 10 millones y medio de euros por sus terrenos.

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