Hereu aparca el plan de actuación municipal por falta de mayoría

El bipartito intentará aplicar el programa "de forma fragmentada"

La falta de mayoría en el gobierno municipal de Barcelona le obliga a aparcar la definición de sus actuaciones prioritarias en la ciudad, dejando también en el aire las inversiones que las acompañan. Y más tras constatar que Jordi Portabella, jefe de filas de Esquerra Republicana (ERC), no hace caso de los cantos de sirena del alcalde Jordi Hereu.

El bipartito del Ayuntamiento de Barcelona tiene la convicción de que "se puede ir haciendo" sin que el Programa de Actuación Municipal (PAM) ni el Programa de Inversiones Municipal (PIM) sean aprobados por el pleno. Será al por mayor o al det...

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La falta de mayoría en el gobierno municipal de Barcelona le obliga a aparcar la definición de sus actuaciones prioritarias en la ciudad, dejando también en el aire las inversiones que las acompañan. Y más tras constatar que Jordi Portabella, jefe de filas de Esquerra Republicana (ERC), no hace caso de los cantos de sirena del alcalde Jordi Hereu.

El bipartito del Ayuntamiento de Barcelona tiene la convicción de que "se puede ir haciendo" sin que el Programa de Actuación Municipal (PAM) ni el Programa de Inversiones Municipal (PIM) sean aprobados por el pleno. Será al por mayor o al detalle: "Si no es en su conjunto, será de forma fragmentada", desdramatiza el socialista Jordi William Carnes, tercer teniente de alcalde. Los socialistas y sus socios, ICV-EUiA, confiaban en que la inestabilidad de su gobierno tocaría a su fin después de las elecciones generales. Esperaban que el resultado de ERC permitiría a Portabella desandar el camino que anduvo solo -pasar a la oposición tras quedarse con cuatro concejales- y retornar al gobierno municipal. Ya tienen claro que no será así. Lo ha dicho públicamente el propio Portabella.

Los socios del Ayuntamiento consideran, además, que será ERC la que marque el ser o no ser de los tripartitos: "Por lo menos, habrá que esperar a que celebre su congreso extraordinario en junio y en él defina su futuro y si decide consolidar los tripartitos o no", señalan fuentes próximas al alcalde. En el mismo entorno no se excluye que la hipotética entrada de Portabella en el gobierno municipal no se produzca hasta pasado el verano, más de un año después de las municipales.

Para algunos socialistas, la prioridad es dar estabilidad al gobierno y eso sólo se consigue con un tripartito que se debería conformar "cuanto antes", puntualizan. Pero con esas voces coexisten las de otros colaboradores de Hereu partidarios de trabar acuerdos con Portabella en la oposición. De hecho, así se hizo con los presupuestos del Consistorio de este año -apoyados por ERC- y en algunos planes urbanísticos señalados, como una de las principales piezas de la futura Sagrera y el que fue el disparo de salida del nuevo barrio de la Marina de la Zona Franca, apoyado por todos los grupos municipales.

En todo caso, en los últimos meses se ha evidenciado una mengua en el número de asuntos que llegan al pleno. Por ejemplo, en la sesión de julio se abordaron 56 puntos, y 24 en el del mes pasado, la mayoría de ellos de trámite. El bipartito prefiere presentar las iniciativas políticas en forma de medidas de gobierno, que no requieren la aprobación del pleno y se quedan en debates más o menos intensos entre los grupos políticos.

Falta por ver, por ejemplo, cómo se enfoca el futuro del castillo de Montjuïc, sobre todo en lo tocante a cómo se constituye y en qué consiste el Centro por la Paz; cómo se afronta el túnel del AVE por el centro de la ciudad; en qué quedan reformas urbanísticas anunciadas, como la de la Via Augusta, la calle de Urgell desde el Paralelo hasta Francesc Macià, el paseo de Sant Joan, la Via Laietana y la plaza de Urquinaona, y el desmontaje del anillo viario de la plaza de las Glòries.

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Conversaciones sobre el Carmel

Más allá de los equilibrios del bipartito de Jordi Hereu, hay cuestiones que no se quieren demorar, subrayan fuentes del gobierno de la ciudad. La primera, el plan urbanístico del Carmel, que fue paralizado cuando la oposición municipal de Convergència i Unió (CiU), el Partido Popular (PP) y Esquerra Republicana (ERC) unió fuerzas para frenarlo, aunque por motivos bien distintos. Este mal trago para el alcalde sucedió el pasado febrero, a las puertas de las elecciones generales. A esa circunstancia achacó el bipartito el no de la oposición. "Se está empezando a abordar el asunto de nuevo y confiamos en que ERC y CiU modifiquen su criterio y se pueda aprobar dentro de poco".

De momento, lo que se ha comunicado a CiU es que hay un cambio de interlocutor en esas conversaciones, que serán dirigidas por el área de Urbanismo y no por la concejal del distrito de Horta, Elsa Blasco (ICV), señaló un portavoz de CiU. Es decir, las riendas del asunto las llevará el PSC.

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