50 auxiliares de enfermería se encierran en la Almudena

"Nivel III ya". Decenas de pancartas con este lema colgaban ayer de la verja de un lateral de la Catedral de la Almudena. El Sindicato de Auxiliares de Enfermería (SAE) había convocado un encierro en el templo, como forma de presión al Ministerio de Sanidad, para que reconozca la clasificación profesional de grado superior a los auxiliares. Entre 40 y 50 personas, según los convocantes, estaban ayer, pasada la medianoche, dentro de la catedral.

Otra decena de manifestantes quedaron atrapados entre la entrada lateral y la verja que da a la calle de Bailén. Si salían, la policía les imped...

"Nivel III ya". Decenas de pancartas con este lema colgaban ayer de la verja de un lateral de la Catedral de la Almudena. El Sindicato de Auxiliares de Enfermería (SAE) había convocado un encierro en el templo, como forma de presión al Ministerio de Sanidad, para que reconozca la clasificación profesional de grado superior a los auxiliares. Entre 40 y 50 personas, según los convocantes, estaban ayer, pasada la medianoche, dentro de la catedral.

Otra decena de manifestantes quedaron atrapados entre la entrada lateral y la verja que da a la calle de Bailén. Si salían, la policía les impedía volver a entrar. Una veintena más apoyaba a sus compañeros desde fuera. Todos estaban decididos a pasar la noche allí.

"Somos las personas que estamos al lado del paciente desde que entra hasta que se va", explicaba ayer Carmen Subirá, secretaria de Acción Social del SAE. "Y desarrollamos funciones de nivel superior al nuestro. Llevamos 26 años reclamando que se nos reconozca este trabajo", afirmaba a la puerta de la Almudena. La protesta de los auxiliares de enfermería es a nivel estatal. Los convocantes esperan que hoy lleguen a Madrid autocares procedentes de toda España. Calculan que serán entre 500 y 600 personas.

"Hemos escogido este sitio porque la policía no entrará desalojarnos. La protesta no tiene connotaciones ni políticas ni religiosas", destacaba María Antonia Garrido, secretaria general del SAE.

Dentro del templo estaban a oscuras, iluminándose con linternas, aunque la calefacción si estaba encendida.