Vizcaya sigue sin dar los informes de legalidad del proyecto de Afer

El PSE ha pedido los datos dos veces en el último año sin obtener respuesta

El proyecto impulsado por la empresa Habidite, vinculada al grupo Afer, para crear en Alonsotegi una innovadora fábrica que construirá pisos en serie mediante módulos sigue generando dudas. La Diputación de Vizcaya no aclaró ayer cuándo empezarán las obras de la planta -se habían anunciado para mediados de este año, con una inversión de 70 millones de euros y la creación de 1.100 empleos directos- y aún no ha aportado los informes económicos y de legalidad de los convenios firmados hace más de un año con Afer. En estos acuerdos, lo más llamativo es el compromiso de la Diputación de comprar dir...

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El proyecto impulsado por la empresa Habidite, vinculada al grupo Afer, para crear en Alonsotegi una innovadora fábrica que construirá pisos en serie mediante módulos sigue generando dudas. La Diputación de Vizcaya no aclaró ayer cuándo empezarán las obras de la planta -se habían anunciado para mediados de este año, con una inversión de 70 millones de euros y la creación de 1.100 empleos directos- y aún no ha aportado los informes económicos y de legalidad de los convenios firmados hace más de un año con Afer. En estos acuerdos, lo más llamativo es el compromiso de la Diputación de comprar directamente 1.500 pisos -la mitad de la producción prevista en el primer año-, una cláusula que, en opinión de algunos juristas, incumpliría la ley de contratos públicos y podría vulnerar la normativa comunitaria sobre la competencia empresarial.

"Vamos a estar sometidos a todos los controles de legalidad y nos adecuaremos a la legalidad vigente", se limitó a decir ayer en las Juntas Generales la diputada de Promoción Económica, Izaskun Artetxe. En su comparecencia para explicar la marcha del proyecto, que fue presentado en diciembre de 2005, Artetxe defendió su bondad y lo calificó de "innovador y estratégico" para Vizcaya, y relató los trámites administrativos aún inconclusos.

La diputada se centró en la compra de los terrenos por parte de la Diputación, otro de los compromisos del acuerdo con Afer, pero sin definir cuánto se había adquirido y el coste. Pese a las dudas expresadas sobre la legalidad de los convenios por algunos partidos de la oposición, como EB y EA, no realizó ningún comentario sobre este extremo.

El PSE pidió por vez primera en enero de 2007 el contenido de los convenios e informes de legalidad y económicos que deben acompañarlos. Tras no lograr respuesta, volvió a solicitarlos en septiembre pasado. Sin embargo, no fue hasta diciembre pasado cuando la Diputación envió a las Juntas los acuerdos suscritos con el grupo Afer, pero sin esos informes. Ayer el PP registró otra petición reclamando dichos documentos.

La diputada foral vizcaína Izaskun Artetxe (en el centro) y detrás el popular Carlos Olazabal, ayer en las Juntas Generales.TXETXU BERRUEZO

La Diputación atribuye los retrasos a los dueños del suelo

Al comienzo de la sesión de ayer en la comisión de las Juntas Generales ya se presentía que la Diputación daría pocas novedades del proyecto de la fábrica de pisos. De entrada, por la diputada elegida para ofrecer la información: el proyecto en su actual fase atañe a varios departamentos, pero hasta ahora siempre había sido liderado en su globalidad por el área de Administración Pública. Su titular es Patxi Sierra-Sesumaga, el número dos de la Diputación tras Bilbao. También podía haber comparecido la titular de Urbanismo, Itziar Garamendi, pero se optó por Izaskun Artetxe, que estrenó su cargo en julio en uno de los departamentos de menos peso de la Diputación.

Artetxe no se salió del guión y leyó un documento de cinco folios en el que no se cita en ningún momento el controvertido compromiso de adquirir 1.500 pisos. Sí anunció que la formación de los trabajadores, que pagará la Diputación según el convenio firmado, se llevará a cabo en tres centros de Formación Profesional de Zalla, Sopuerta y Muskiz, y que la promotora trabaja en la ejecución de la maqueta a tamaño real de los módulos de los pisos. Admitió la diputada los retrasos en el proyecto -los convenios decían que las primeras viviendas se iban a adjudicar este mismo año-, que achacó a las peticiones económicas de los propietarios del suelo donde irá la planta. El portavoz del PNV, Edorta Rodrigo, agregó que los precios de venta habían superado "tres veces lo estipulado".

La oposición no se mostró especialmente crítica con las explicaciones de la diputada, sobre todo el PSE, el más beligerante con el proyecto en el último año. Los socialistas se limitaron a mostrar el apoyo al proyecto por "la creación de empleo". El PP dijo que los acuerdos firmados con la empresa Habidite "más que convenios son cartas de intenciones" y mostró su esperanza en que el retraso permita "subsanar los errores" que contienen. Olazabal incidió, tras la sesión, en que no existe ninguna cláusula penal en caso de incumplimiento. Los convenios se limitan a expresar que, en esta situación, se "autorizará a cualquiera de los firmantes a exigir su estricto cumplimiento". Un abogado consultado por este diario consideró "absurda esta redacción" y explicó que, si una parte lo incumple, la otra puede ir al juez o pedir una indemnización por daños y perjuicios. "No se suele redactar así. Si se regula, se establece una indemnización o cualquier compensación, pero no se deja con esa inconcreción", concluyó.

El más crítico fue EA, que pidió una revisión de los convenios y que el proyecto se desvincule del Plan Foral de Vivienda, al que irían destinados los 1.500 pisos. EB dudó de que se cumplan los principios de publicidad y concurrencia.

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Dos plantas pendientes

El de Alonsotegi no es el único proyecto en marcha de la fábrica de pisos de Habidite. En Euskadi se ha presentado otro plan de similares características para Azkoitia y está pendiente la ejecución de un tercero en Magallón (Zaragoza). El promotor, el presidente del grupo Afer, Jabyer Fernández, ha comparado la fábrica de pisos con el proyecto de Henry Ford cuando empezó a producir coches en serie. Consiste en trasladar el sistema modular que se aplica en el sector del automóvil a la construcción, pasando todos los procesos productivos del andamio y las grúas a una planta industrial. La única fase del edificio que se ejecuta de una manera tradicional es la cimentación hasta la cota a nivel de suelo.

A partir de ahí, los pisos, de entre 36 y 90 metros cuadrados, se construyen por módulos: dos en los más pequeños y cinco en los grandes. Luego se ensamblan ya en el edificio por medio de una técnica guardada en secreto por la empresa. Según sus datos, se pueden levantar edificios de hasta 12 plantas y se reduce hasta en un 60% el tiempo necesario para construir un inmueble de viviendas.

Habidite trabaja en la maqueta a tamaño real de la fábrica prevista en Alonsotegi, que espera presentar en mayo.

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