El mayor expediente disciplinario en la Ertzaintza se queda en nada

39 escoltas de élite ven decaer, tras 4 años, las medidas tomadas contra ellos

¿Cómo se puede trabajar con normalidad durante casi cuatro años con un expediente disciplinario abierto? 39 berrozis, el cuerpo de escolta de élite de la Ertzaintza, llevaban desde 2004 con esa amenaza sobre ellos. La culpa: negarse durante un cursillo de formación en Arkaute a cambiar los blancos que se usan en un ejercicio de tiro y a recolocar los conos en unas prácticas de conducción.

Sucedió los días 23, 24 y 25 de marzo de 2004. Esos tres días, los berrozis hicieron historia: su negativa dio paso, tres meses después, al inicio del mayor expediente disciplinario abier...

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¿Cómo se puede trabajar con normalidad durante casi cuatro años con un expediente disciplinario abierto? 39 berrozis, el cuerpo de escolta de élite de la Ertzaintza, llevaban desde 2004 con esa amenaza sobre ellos. La culpa: negarse durante un cursillo de formación en Arkaute a cambiar los blancos que se usan en un ejercicio de tiro y a recolocar los conos en unas prácticas de conducción.

Sucedió los días 23, 24 y 25 de marzo de 2004. Esos tres días, los berrozis hicieron historia: su negativa dio paso, tres meses después, al inicio del mayor expediente disciplinario abierto en una unidad de la Ertzaintza.

Los 'berrozis' se negaron a quitar las dianas ya utilizadas
El instructor admite que no hubo ánimo de incumplir órdenes

La desobediencia se paga cara. Y más en un cuerpo jerarquizado como el policial. "En todas las clases de tiro, los alumnos se negaron a sustituir los blancos", se puede leer en el expediente abierto. Y, un poco más adelante, se añade: "Los alumnos se negaron a volver a colocar los conos derribados o a preparar la nueva disposición de los escenarios" para el ejercicio de conducción. ¿Con qué argumento? Eran "tareas de mantenimiento", y ese cometido no les correspondía. O eso pensaban.

Como siempre que se abre un expediente, el instructor toma declaración a todos los implicados. Y, normalmente, las versiones no suelen ser coincidentes. Donde los profesores veían mandatos "claros y precisos" para cambiar los blancos agujereados por las balas y sustituir los conos de las pistas, todos los berrozis implicados no acertaron a escuchar "órdenes directas y expresas"; si acaso, un ambiguo "vais a cambiar los blancos". Y ante las preguntas de los escoltas sobre si eso no lo hacía el personal de mantenimiento, obtuvieron la respuesta cuartelera de suspender el ejercicio y enviar a los alumnos al aula hasta que se agotara el tiempo previsto para la prueba.

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Era el primer programa de formación continua que se impartía en la Academia de Arkaute y la experiencia no fue muy lucida.

Actuar a las bravas

El instructor del expediente considera que los agentes deberían haber canalizado sus dudas y preguntas de otra manera. "Lo adecuado hubiera sido trasladar a sus superiores jerárquicos la cuestión para que éstos hubieran resuelto el asunto". Y no a las bravas. O, según las palabras exactas del instructor, "en modo alguno negándose a realizar la tarea ordenada por los profesores".

¿Qué hacer entonces? La conducta desobediente encajaba como un guante con la falta grave por "incumplimiento de las ordenes o instrucciones de los superiores" recogida en el Régimen Disciplinario de las policías vascas. Pero el instructor ha optado por la calle del medio. Deduce que "la intención de los alumnos no fue tanto la de incumplir las órdenes impartidas, sino la de manifestar sus dudas en relación a las tareas de mantenimiento". Es decir, aunque ciertamente incumplieron las órdenes, "las demás materias de las que constaba el curso fueron realizadas correctamente" en los ejercicios posteriores de tiro y conducción.

Y la calle del medio es la falta leve, porque los expedientados, según el instructor, nunca tuvieron "ánimo de incumplir las ordenes". Además, tampoco hubo perturbación alguna en los servicios policiales.

Llegados a este punto, el viceconsejero de Seguridad, Mikel Legarda, acepta la propuesta del instructor y, cuatro años después de iniciado el expediente disciplinario, firma una falta leve. ¿Caso resuelto? Casi. Los hechos se remontan a aquellos tres aciagos días de marzo para los 39 berrozis. Pero el expediente sancionador se inició el 28 de junio. Y el Reglamento disciplinario de los cuerpos de policía vascos, aprobado en mayo de 1994, fija con claridad que, en el caso de las faltas leves, "al haber transcurrido más de un mes desde que ocurrieron los hechos hasta la incoación del expediente, queda extinguida la responsabilidad disciplinaria que la conducta de los expedientados pudiera merecer". La falta leve ha prescrito. Y así lo firma de su puño y letra y con dos apellidos el viceconsejero de Seguridad, Mikel Legarda Uriarte. Era 22 de junio de 2007.

La tranquilidad para los 39 berrozis aún tardará en llegar. La resolución no salió de Interior hasta las 11 horas del pasado 28 de enero, día en que se notificó y los afectados vieron desaparecer definitivamente esa espada de Damocles que pendía sobre sus cabezas.

Alumnos de la Academia de la Ertzaintza hacen prácticas de tiro en las instalaciones de Arkaute.JESÚS URIARTE

'Berrozis'

- Según la última Relación de Puestos de Trabajo (RPT), de 2007, la Unidad de Protección e Intervención está compuesta por 212 miembros, a los que hay que sumar el jefe y el subjefe de la unidad. El número de escoltas, según la citada RPT, es de 177 agentes, mientras que son 33 los ertzainas en Intervención, incluido el jefe de centro. El número real en ambas unidades es superior.

- En las últimas eleccionesen la Ertzaintza (2006), una de las sorpresas de la noche fue el sindicato Euspel, solo de berrozis. Logró 301 votos,el 23,6% de Álava, y trastocó por completo los resultados en ese territorio.

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