Montilla exige a ERC que no vuelva a desmarcarse del tripartito

Que no vuelva a ocurrir. El tripartito catalán mantendrá la compostura tras el revolcón que ayer sufrieron el PSC e Iniciativa en el Parlament frente a sus socios de ERC, aliados con la oposición para rechazar el túnel del AVE por el Eixample. Pero el presidente de la Generalitat, José Montilla, no quiere que el episodio se repita. Así se lo transmitió ayer al presidente de ERC y consejero de la vicepresidencia, Josep Lluís Carod Rovira. El presidente, según fuentes del Gobierno, manifestó su malestar a Carod, que se comprometió a que su desmarque no afecte a la marcha del Ejecutivo.

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Que no vuelva a ocurrir. El tripartito catalán mantendrá la compostura tras el revolcón que ayer sufrieron el PSC e Iniciativa en el Parlament frente a sus socios de ERC, aliados con la oposición para rechazar el túnel del AVE por el Eixample. Pero el presidente de la Generalitat, José Montilla, no quiere que el episodio se repita. Así se lo transmitió ayer al presidente de ERC y consejero de la vicepresidencia, Josep Lluís Carod Rovira. El presidente, según fuentes del Gobierno, manifestó su malestar a Carod, que se comprometió a que su desmarque no afecte a la marcha del Ejecutivo.

Y es que no por esperada la derrota de ayer resultó menos dolorosa para el PSC e Iniciativa-Esquerra Unida. Los republicanos ya anunciaron el día anterior que se disponían a votar la moción de Convergència i Unió que exigía la paralización del proyecto para que el AVE cruce la ciudad por el Eixample, una obra acordada en 2002 por un Gobierno central del PP, una Generalitat de CiU y un Ayuntamiento de Barcelona con el PSC, ERC e ICV en el Gobierno.

Al final el Parlament acabó votando contra el actual proyecto del AVE, como en su día hizo el pleno del Ayuntamiento también con votos de CiU, el PP y ERC.

Ayer los republicanos llegaron al Parlament con la intención de hacerse perdonar el desaire hacia sus socios. Por esta razón no fue ningún diputado de primera línea quien defendió las tesis de ERC, sino Patrícia Gomà, que insistió en desmarcarse de CiU pese a sumarse a su moción. También el PP y Ciutadans votaron la propuesta de los nacionalistas catalanes. "Somos el voto de la coherencia, no como CiU y el PP", dijo Gomà. Ésta también rechazó que el episodio de ayer tenga visos de repetirse. "No nos encontrarán más", dijo Gomà a CiU.

Pero como ocurre a menudo en la política catalana, el ruido fue mucho y los resultados prácticos serán escasos. El Gobierno catalán, pese al desplante de su socio republicano, ya advirtió de que el proyecto seguirá su curso. "No se revocará nada y la Generalitat no exigirá a nadie que se modifique ningún proyecto", dijo el consejero de Política Territorial, el socialista Joaquim Nadal. Legalmente no podría ser de otra forma, advierte el Ejecutivo. De hecho, el túnel lo construye el Ministerio de Fomento, institución no sujeta al control del Parlament, sino de las Cortes.

Eso sí, Artur Mas no dejó de exigir al presidente de la Generalitat, José Montilla, que pida la paralización del proyecto. "Si Montilla hace honor a la democracia, lo que debe hacer es ser consecuente con el mandato del Parlament y exigir a Zapatero que pare la adjudicación".

CiU explotó al máximo su victoria parlamentaria, la segunda de esta legislatura. La primera fue en noviembre, cuando los socialistas quedaron en minoría y la Cámara catalana reprobó la gestión de la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez.