EE UU aplica en Afganistán las reglas de Guantánamo

630 presos se apiñan en un penal incomunicados y sin cargos

EE UU podría contar con un nuevo Guantánamo en Afganistán. La prisión de la base militar de Bagram, que se construyó durante la invasión de 2001 como un centro de detención provisional, alberga ahora de forma permanente a unos 630 prisioneros, una cifra que duplica el número de detenidos en Guantánamo. Las condiciones son muy similares a las que imperan en esta última cárcel.

La Cruz Roja ha presentado repetidas quejas formales al Pentágono sobre del trato "inhumano" que reciben los presos en Bagram. Según este organismo internacional, el Ejército de Estados Unidos retiene a decenas de ...

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EE UU podría contar con un nuevo Guantánamo en Afganistán. La prisión de la base militar de Bagram, que se construyó durante la invasión de 2001 como un centro de detención provisional, alberga ahora de forma permanente a unos 630 prisioneros, una cifra que duplica el número de detenidos en Guantánamo. Las condiciones son muy similares a las que imperan en esta última cárcel.

La Cruz Roja ha presentado repetidas quejas formales al Pentágono sobre del trato "inhumano" que reciben los presos en Bagram. Según este organismo internacional, el Ejército de Estados Unidos retiene a decenas de prisioneros incomunicados durante semanas. Además, no se permite la entrada a la cárcel a inspectores de Cruz Roja, que sospechan que se somete a los presos a trato vejatorio, lo que supondría una violación de la Convención de Ginebra.

El año pasado, según reveló ayer el diario The New York Times, Estados Unidos impulsó la creación de una cárcel en las afueras de Kabul, controlada por el ejército afgano y a la que planeaba transferir a los detenidos en Bagram. Después de una inversión de 30 millones de dólares (20,4 millones de euros), los responsables del Ejército estadounidense en la zona se han dado cuenta de que la nueva cárcel sólo puede dar cabida a la mitad de presos.

Pulso con Karzai

Además de problemas logísticos, EE UU se ha encontrado con trabas diplomáticas para deshacerse de Bagram. El Departamento de Defensa de EE UU exigió al presidente afgano, Hamid Karzai, que autorizara la detención "indefinida" de los considerados "enemigos combatientes", adoptando un marco legal como el que impera en Guantánamo. Karzai no lo firmó, lo que paralizó la transferencia de presos al nuevo centro financiado por EE UU.

Sólo un 30% de los detenidos en Bagram son afganos, según el ejército estadounidense. El resto proviene en su mayoría del centro de África y sureste de Asia, según sostiene el Pentágono. La mayoría de los encarcelados han sido detenidos en operaciones contra los talibanes en los últimos siete años.

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En su día, los presos de Bagram eran trasladados a Guantánamo, por lo que su paso por este centro afgano era meramente transitorio. Sin embargo, desde que EE UU decidiera dejar de internar más presos en Guantánamo en el año 2004, en las celdas de Bagram se agolpan los considerados como prisioneros más peligrosos de Afganistán.

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