La protesta de los mariscadores de Ferrol colapsa la AP-9

Caravanas de seis kilómetros, centenares de vehículos atrapados en la autopista a 30 kilómetros por hora y conductores exasperados en un embotellamiento sin salida es el resultado de la singular protesta convocada ayer por los mariscadores ferrolanos para reclamar más ayudas económicas para la zona C, la más contaminada.

Los 30 kilómetros de autopista que separan Ferrol de Guísamo (Bergondo) se convirtieron en un via crucis motorizado de casi dos horas que provocó "importantes retenciones de unos seis kilómetros en los dos carriles", según las estimaciones de la Guardia Civil de ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Caravanas de seis kilómetros, centenares de vehículos atrapados en la autopista a 30 kilómetros por hora y conductores exasperados en un embotellamiento sin salida es el resultado de la singular protesta convocada ayer por los mariscadores ferrolanos para reclamar más ayudas económicas para la zona C, la más contaminada.

Los 30 kilómetros de autopista que separan Ferrol de Guísamo (Bergondo) se convirtieron en un via crucis motorizado de casi dos horas que provocó "importantes retenciones de unos seis kilómetros en los dos carriles", según las estimaciones de la Guardia Civil de Tráfico.

Los mariscadores del pósito ferrolano, acompañados de un pequeño grupo de mariscadores de A Coruña, salieron desde la lonja de Curuxeiras a las once y media en una veintena de vehículos y circularon en fila a la velocidad mínima por la carretera nacional N-651 en dirección a Fene y Cabanas, para enlazar allí con la autopista.

La protesta finalizó pasada la una de la tarde en el primer peaje de Audasa (Autopistas del Atlántico) en Guísamo, donde muchos mariscadores abonaron en céntimos el importe del trayecto para retrasar todavía más la salida de la vía. Los trabajadores de la cofradía que dirige Bernardo Bastida exigen un plan de trabajo anual y mejoras económicas -el IPC sobre las ayudas de 82 euros por mariscador y día que reciben- para compensar las pérdidas del sector en la ría ferrolana, catalogada como zona C por los altos índices de contaminación. Esta calificación les impide vender directamente el marisco en la lonja y les obliga al reparqueo en aguas limpias antes de su comercialización.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En