12.600 españoles han denunciado este año a sus médicos
Los españoles denuncian cada vez más a los médicos. Según la Asociación para la Defensa del Paciente, 12.622 han recurrido ante los tribunales, 218 más que en 2006. De estas denuncias, 517 corresponden a personas fallecidas por presunta negligencia; 135 son bebés nacidos con malformaciones que hubieran podido ser evitadas, a juicio de los denunciantes, y 64 por incapacidad tras una intervención quirúrgica, entre otros.
Los grandes hospitales públicos acaparan la mayoría de las reclamaciones, que afectan también a centros privados como la Clínica Universitaria de Navarra o los hospitales...
Los españoles denuncian cada vez más a los médicos. Según la Asociación para la Defensa del Paciente, 12.622 han recurrido ante los tribunales, 218 más que en 2006. De estas denuncias, 517 corresponden a personas fallecidas por presunta negligencia; 135 son bebés nacidos con malformaciones que hubieran podido ser evitadas, a juicio de los denunciantes, y 64 por incapacidad tras una intervención quirúrgica, entre otros.
Los grandes hospitales públicos acaparan la mayoría de las reclamaciones, que afectan también a centros privados como la Clínica Universitaria de Navarra o los hospitales privatizados de la Comunidad Valenciana. Un prolijo informe presentado ayer por la citada asociación resalta también las numerosas quejas de los centros de estética, especialmente Corporación Dermoestética.
El documento recoge testimonios demoledores: un falso diagnóstico de sida a una paciente imposible de borrar de su historial (Navarra); 400 muestras para analítica estropeadas por haberse ausentado durante un puente el ambulatorio al completo (Madrid); un paciente al que hubo que amputar un pie aplastado tras una espera de siete horas en un pasillo (Marbella); tres años de demora para una reconstrucción de mama (Málaga); un solo neurólogo para atender a 400 enfermos de esclerosis (Lleida); centros que jamás descuelgan el teléfono para dar una cita telefónica (Alicante)... Algunos episodios rozan el surrealismo, como el de los pacientes del Complejo de Pontevedra que recurrieron al notario para que no les fuera anulada la cita o el del ciudadano canario Manuel N. M., que contrató a detectives privados para demostrar que los médicos del Hospital Naval jamás fueron puntuales.