"Hay que estar aquí para saber lo que hay"
Los ediles de Ondarroa expulsados del PNV por no querer tomar posesión de sus cargos recurrirán
En Ondarroa, el primer ayuntamiento vasco significativo por su población (10.000 vecinos) que no pudo constituirse con normalidad por la presión de los radicales de la izquierda abertzale, los problemas para el PNV siguen sin solucionarse. La negativa de sus candidatos, en dos ocasiones, a formar la nueva corporación, ahora dirigida por una gestora, ha concluido con una crisis interna: la expulsión de cuatro de los nueve miembros electos, entre ellos el ex alcalde Aitor Maruri y un cargo público, la juntera vizcaína Miren Urrezti.
La decisión ha provocado un importante malestar entre la...
En Ondarroa, el primer ayuntamiento vasco significativo por su población (10.000 vecinos) que no pudo constituirse con normalidad por la presión de los radicales de la izquierda abertzale, los problemas para el PNV siguen sin solucionarse. La negativa de sus candidatos, en dos ocasiones, a formar la nueva corporación, ahora dirigida por una gestora, ha concluido con una crisis interna: la expulsión de cuatro de los nueve miembros electos, entre ellos el ex alcalde Aitor Maruri y un cargo público, la juntera vizcaína Miren Urrezti.
La decisión ha provocado un importante malestar entre la organización local. Oficialmente, nadie habla. La presidenta de la junta, Beatriz Zubikarai, sólo dice que es "un proceso interno que sigue su camino". El presidente de la gestora, Félix Arambarri, no estaba ayer en el Ayuntamiento, pero un portavoz municipal ya aseguró que no hablaría. En privado, afiliados del PNV señalan que la expulsión, dictada por el tribunal de la junta de Ondarroa, ha provocado un "gran enfado" en la organización local. Aseguran que no se ha tenido en cuenta la gran presión. "Hay que estar aquí para saber lo que hay", dicen.
Se refieren a las coacciones de ANV: para acudir al último pleno municipal, celebrado en Markina, a cinco kilómetros, los miembros de la gestora se citaron antes en la comisaría de Ertzaintza para ir escoltados. El coche del presidente, Aranbarri, había sido incendiado.
"Lo han hecho de mala baba", aseguran las fuentes consultadas refiriéndose a que la denuncia que motivó la expulsión procediera de una afiliada de Galdakao y no de Ondarroa o de la dirección vizcaína del PNV. Los expulsados guardan silencio aunque, según medios próximos, recurrirán la expulsión en los tribunales internos e, incluso en la justicia ordinaria.