Las clínicas abortistas amenazan con un paro

"Hacemos el trabajo que nadie quiere hacer y, encima, nos tratan como a asesinos". Santiago Barambio es portavoz de la Asociación de Clínicas Acreditadas para la Interrupción del Embarazo (ACAI), que agrupa a una treintena de centros en España. Los responsables de estas clínicas amenazan con plantarse y dejar de practicar abortos de forma indefinida por el "acoso" al que, a su juicio, se han visto sometidos tras el estallido del caso Morín. Los centros privados realizan el 97% de los abortos.

Con esta posible medida de fuerza, la ACAI pretende denunciar "el silencio de los políti...

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"Hacemos el trabajo que nadie quiere hacer y, encima, nos tratan como a asesinos". Santiago Barambio es portavoz de la Asociación de Clínicas Acreditadas para la Interrupción del Embarazo (ACAI), que agrupa a una treintena de centros en España. Los responsables de estas clínicas amenazan con plantarse y dejar de practicar abortos de forma indefinida por el "acoso" al que, a su juicio, se han visto sometidos tras el estallido del caso Morín. Los centros privados realizan el 97% de los abortos.

Con esta posible medida de fuerza, la ACAI pretende denunciar "el silencio de los políticos", "el trato mediático recibido" y, sobre todo, la "presión de grupos católicos" a raíz de la investigación policial sobre cuatro clínicas que el cirujano de origen peruano Carlos Morín dirige en Barcelona. Morín, cuyos centros no pertenecen a esta asociación, se encuentra en prisión provisional junto a dos estrechos colaboradores, acusados de practicar abortos fuera de los supuestos previstos por la ley. También están imputados por asociación ilícita, intrusismo profesional y falsedad documental.

Bajo sospecha

"Siempre estamos bajo sospecha", afirmó Barambio. Ayer mismo, la entidad católica E-Cristians -impulsora de la querella contra Morín- difundió una carta en la que acusa a "numerosas clínicas" de ACAI de "practicar abortos ilegales". En la misiva, la asociación reclama a la consejera de Salud del Gobierno catalán, Marina Geli, que "revise" los expedientes de estos centros.

Los investigadores sospechan que a las clínicas de Morín acudían mujeres en avanzado estado de gestación. Aunque la ley no pone plazos a uno de los supuestos -cuando existe un riesgo para la salud, física o psíquica, de la madre-, los centros de ACAI han acordado tácitamente no practicar abortos por encima de las 26 semanas de embarazo. Aun así, se trata de casos minoritarios: el 90% de las mujeres que deciden interrumpir su embarazo lo hacen antes de las 12 semanas.

La falta de médicos que sufre la sanidad española se acentúa, según ACAI, en el caso de las clínicas abortistas. "No ha habido un relevo generacional. Seguimos los mismos que en la Transición salimos a defender el derecho al aborto", argumenta Barambio.

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