"De informática, cero patatero"

Tienen bastante más edad que cualquier estudiante de colegio, las aulas están menos pobladas que las de un instituto y el objetivo de estos alumnos no es aprobar en junio, sino conseguir la ansiada recolocación laboral. Son los más de 1.800 ex trabajadores de la multinacional de automoción Delphi, que ayer, casi cuatro meses después del cerrojazo de la fábrica de Puerto Real (Cádiz), iniciaron un proceso de formación con el que aspiran conseguir un empleo en las nuevas empresas que se instalen en la Bahía gaditana.

A las nueve de la mañana se abrían las puertas de 53 aulas distribuidas ...

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Tienen bastante más edad que cualquier estudiante de colegio, las aulas están menos pobladas que las de un instituto y el objetivo de estos alumnos no es aprobar en junio, sino conseguir la ansiada recolocación laboral. Son los más de 1.800 ex trabajadores de la multinacional de automoción Delphi, que ayer, casi cuatro meses después del cerrojazo de la fábrica de Puerto Real (Cádiz), iniciaron un proceso de formación con el que aspiran conseguir un empleo en las nuevas empresas que se instalen en la Bahía gaditana.

A las nueve de la mañana se abrían las puertas de 53 aulas distribuidas en polígonos industriales y dependencias de la Junta de Andalucía de los seis municipios más afectados por el cierre de la factoría: Puerto Real, Cádiz, El Puerto de Santa María, San Fernando, Jerez y Sanlúcar de Barrameda.

Por delante, seis primeros meses de clase, en los que 120 monitores les formarán en materias generales, como prevención de riesgos laborales, sensibilización medioambiental, calidad y nuevas tecnologías de la información y la comunicación.

En la lección inaugural, el primer escollo. "¿Qué sabéis de informática?", preguntaba una monitora a los quince alumnos que ocupaban un aula del Palacio de Villapanés de Jerez. "Cero patatero", contestaban rotundos desde la primera fila.

"Cada día que pasa, queda uno menos para volver a trabajar" comenta ilusionado Francisco Manuel Guzmán, quien vive con su esposa y dos hijas de ocho y cinco años. Tiene 39 años y 17 de ellos trabajó en Delphi. Dice sentirse aliviado con "volver a tener una ocupación".

José Antonio Iglesias, de 43 años, fue operario de montaje durante 20 años en la empresa norteamericana. Confía en que la formación que ayer inició le devuelva al tajo. "Si Dios quiere voy a poder trabajar. He empezado a estudiar por mi cuenta y he hecho unos cursos de francés porque, aunque de inglés ando bastante chungo, sabía que aquí me iban a enseñar", relata.

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