Quejas en el Museo de Ciencias por una exposición

El Museo Nacional de Ciencias Naturales inauguró ayer la exposición Animalatas, en la que se reproducen 26 animales elaborados con latas de bebidas recicladas. Es la primera muestra itinerante que se abre al público tras el reportaje de El País Semanal en el que se denunciaba el mal estado de gran parte de las colecciones no expuestas y la falta de espacio para mostrarlas a los visitantes.

La inauguración refrenda la postura que mantenían miembros del museo en el artículo: la casi obligación de aceptar exposiciones patrocinadas por empresas ante la falta de presupuesto par...

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El Museo Nacional de Ciencias Naturales inauguró ayer la exposición Animalatas, en la que se reproducen 26 animales elaborados con latas de bebidas recicladas. Es la primera muestra itinerante que se abre al público tras el reportaje de El País Semanal en el que se denunciaba el mal estado de gran parte de las colecciones no expuestas y la falta de espacio para mostrarlas a los visitantes.

La inauguración refrenda la postura que mantenían miembros del museo en el artículo: la casi obligación de aceptar exposiciones patrocinadas por empresas ante la falta de presupuesto para dar espacio a las compuestas por sus propios fondos.

En general, desde el interior del museo no se trasluce una satisfacción especial hacia este tipo de exposiciones, y siguen a la espera de acoger como se merecen las verdaderas obras de arte almacenadas en las naves y edificios de Arganda del Rey y en los sótanos del museo. "El traslado, preparación y correcta exposición llevan su tiempo", advierte el director, Alfonso Navas, que añade con un optimismo poco convincente que puede estar lista para diciembre. A falta de una concreción de fechas para realizar dicho traslado, Óscar Soriano, vicedirector de Colecciones, adelanta: "Hemos presentado un proyecto para recuperar en cuatro exposiciones temáticas algunos de los fondos".

Así tendrían por fin su hueco en el museo parte de los animales disecados de Arganda, naturalizaciones compuestas a comienzos del siglo pasado y maquetas de geomorfología de gran realismo. Y con esta liberalización de espacio los esqueletos de ballena podrían abandonar los aseos y vestuarios que ocupan ahora en Arganda.

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