Reportaje:

Aguas revueltas en Caldes

Vichy Catalán no cede y el balneario Prats se plantea un cierre inminente

El agua de Caldes seguía ayer al rojo vivo tras la decisión de Vichy Catalán de cerrar el grifo a su competidor, el balneario Prats. El Ayuntamiento y la Generalitat intentaron mediar sin obtener resultados. Según el Consistorio, ambas empresas quieren renegociar el acuerdo histórico que las vincula y fijar nuevas condiciones en cuanto a duración, cuantía y garantías en el suministro de aguas. La familia Quintana, propietaria del Prats, reclama "seguridad" en su concesión del agua -que procede del manantial de La Mina, propiedad de Vichy- para poder ampliar sus instalaciones y pide un periodo ...

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El agua de Caldes seguía ayer al rojo vivo tras la decisión de Vichy Catalán de cerrar el grifo a su competidor, el balneario Prats. El Ayuntamiento y la Generalitat intentaron mediar sin obtener resultados. Según el Consistorio, ambas empresas quieren renegociar el acuerdo histórico que las vincula y fijar nuevas condiciones en cuanto a duración, cuantía y garantías en el suministro de aguas. La familia Quintana, propietaria del Prats, reclama "seguridad" en su concesión del agua -que procede del manantial de La Mina, propiedad de Vichy- para poder ampliar sus instalaciones y pide un periodo de explotación de al menos 20 años. Vichy Catalán, a través de su abogado, deja claro que no piensa dar marcha atrás en la interrupción del suministro, informó ayer el alcalde de Caldes, Joan Colomer. "Vichy tiene la posición de fuerza, no hace nada ilegal porque es la propietaria del manantial, pero no se ponen de acuerdo en las condiciones. Alega que puede tener más necesidades de agua en el futuro", explicó Colomer.

"Nos parece indigno"

Los 140 clientes alojados en el balneario Prats se encontraron una nota de la dirección en la habitación. "Nos dicen que hay agua de un depósito, pero que está a punto de acabarse y nos piden disculpas", explicó un cliente. Rafel Quintana, propietario del balneario, confirmó que disponen de 48.000 litros, una cantidad con la que cuentan cubrir hasta el domingo. "El lunes tendremos que cerrar y perderemos la condición de balneario. No puedo engañar a los clientes y darles gato por liebre si no dispongo de agua termal". Hay pesimismo también entre los trabajadores. "Es una pesadilla. Entre todos hemos logrado dar prestigio al centro, somos una empresa muy familiar. Todo funciona bien, hay clientes. No se entiende", se quejó una camarera.

En la piscina exterior, varios clientes se remojaban. "Es una pena. Yo llevo años viniendo, primero por mi cuenta y ahora con el Inserso, que es más económico. No entendemos qué ha pasado, pero parece que el pez grande siempre se acaba comiendo al pequeño", comentó una clienta. "De momento han cortado una fuente recomendada por el médico para beber, y los programas terapéuticos siguen, pero racionados", añadió una amiga. Una pareja de Palma de Mallorca expresó su malestar. "Nos parece indigno de una gran marca. Vichy se equivoca, está dando muy mala imagen y el turismo saldrá perjudicado", afirmaron.

En Vichy se respiraba ayer un ambiente tenso, de empleados nerviosos que intentaban ocultar a sus clientes el interés mediático surgido a raíz del conflicto. Una pareja de alemanes se enteró por la prensa. "Lo veo feo, poco elegante", comentó el marido. En Vichy se negaron a hacer declaraciones.

"Un culebrón Como 'Falcon Crest"

El Ayuntamiento de Caldes de Malavella intenta buscar una salida al conflicto, y uno de los primeros pasos es "clarificar" los caudales de agua termal de que dispone el pueblo. "Estamos investigando y hemos pedido ayuda a la Dirección General de Energía y Minas, que son los que tienen las competencias sobre las aguas termales", asegura el alcalde de Caldes de Malavella, Joan Colomer. La concejal de Agua y Medio Ambiente, Montserrat Vehí, añadió ayer que existe un anteproyecto de ley sobre este tipo de aguas, pero que está "encallado" e instó a la Generalitat a "implicarse más" en el problema.

Los vecinos de Caldes de Malvella se mostraron ayer indignados, aunque no sorprendidos por el conflicto. "Esto es un culebrón, como Falcon Crest pero en vez de vino, agua", ironizaba un grupo de curiosos que comentaban la noticia en la plaza del pueblo. "Lo peor de todo es que estamos en una villa termal y las fuentes van muchos días secas. Eso sí, cada día hay más camiones cargando agua embotellada", comentó una vecina.

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Negocios, parejas jóvenes y lunas de miel

El lunes será un día complicado para el balneario Prats, ya que espera la llegada de un grupo del Inserso. "Tendremos que decirles que no vengan, y es una lástima, porque nuestro programa estrella es el termalismo social", dijo Rafel Quintana, gerente y propietario del balneario. Fuentes de la Asociación Balnearia de Cataluña también expresaron su malestar por la desparición de este programa social. "Sería lamentable que se perdiera un servicio tan importante para la tercera edad. Los usuarios están muy contentos con Prats por la calidad. Pasan allí 12 días, reciben atención médica, todo muy correcto", aseguró un portavoz de la entidad, de la que también es miembro el balneario Vichy Catalán. Este balneario no participa en los programas sociales. "Tienen otro perfil: negocios, parejas jóvenes, lunas de miel, etcétera. No tocan el Inserso", añadió.

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