Tribuna:Inversión | CONSULTORIO

Hipotecas y más

La reforma de la regulación del mercado hipotecario -aún pendiente de aprobación en el Senado- aborda también otros aspectos que pueden ser muy relevantes para la gestión del ahorro y de los riesgos de las familias y que afectan sobre todo a la cobertura de necesidades financieras de los mayores y los dependientes.

En dos disposiciones adicionales se regulan la hipoteca inversa y los seguros de dependencia -al menos en su marco general, ya que está pendiente un desarrollo reglamentario-. Tiene algo de paradoja el hecho de que dos productos que han dado tanto que hablar últimamente y que...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

La reforma de la regulación del mercado hipotecario -aún pendiente de aprobación en el Senado- aborda también otros aspectos que pueden ser muy relevantes para la gestión del ahorro y de los riesgos de las familias y que afectan sobre todo a la cobertura de necesidades financieras de los mayores y los dependientes.

En dos disposiciones adicionales se regulan la hipoteca inversa y los seguros de dependencia -al menos en su marco general, ya que está pendiente un desarrollo reglamentario-. Tiene algo de paradoja el hecho de que dos productos que han dado tanto que hablar últimamente y que son comercializados por diversas entidades careciesen de una regulación específica.

Los cambios pretenden aclarar la definición del producto de hipoteca inversa, definir quiénes pueden ofertarlo -entidades financieras y aseguradoras- y qué requerimientos tiene. Como resumen de la definición normativa, una persona mayor de 65 años o con dependencia severa o gran dependencia podrá obtener ingresos contra la garantía de su vivienda habitual, manteniendo su propiedad y no teniendo que abonar nada hasta su fallecimiento, lo que harán los herederos sin asumir éstos más responsabilidades que hasta las que alcance la herencia.

Tras el desarrollo normativo sólo falta la comercialización de productos atractivos y adecuados para los mayores y dependientes

Tras el desarrollo normativo sólo falta que las entidades financieras y aseguradoras logren captar a los clientes con productos atractivos, adecuados a las necesidades de los mayores y dependientes -¿se necesita más una renta periódica o ingresos concretos para hacer frente a gastos extraordinarios?, ¿cuánto valdrá dentro de 20 años una renta igual a la que se pueda percibir hoy?, ¿serán constantes las necesidades de ingresos de los mayores o variarán en función de la edad o situación?- y que generen la confianza suficiente. Para llegar a ello habrá que pensar no sólo en mayores y dependientes, sino en sus familias, que comparten con ellos el interés en su bienestar y tienen un papel fundamental en estas hipotecas -serán ellos los que las amorticen-.

F. Azpeitia y E. Martín son profesores de la Escuela de Finanzas Aplicadas (Grupo Analistas).

Archivado En