El PP acusa a Campos de falsear datos para su reforma lingüística

Los populares cuestionan los resultados de unas pruebas de euskera

El consejero de Educación, Tontxu Campos, aguantó ayer con semblante serio, sin permitirse la más mínima sonrisa, el chaparrón que le lanzó encima el parlamentario del PP Iñaki Oyarzabal. Se trató de un ataque durísimo, en el que Oyarzabal llegó a acusar a Campos de falsear los resultados de un examen de euskera realizado por alumnos de Secundaria para justificar la reforma que ha impulsado de los modelos lingüísticos.

Oyarzabal siempre se ha empleado con ardor en las cuestiones relacionadas con el sistema educativo, especialmente en lo relacionado con los modelos lingüísticos y la supr...

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El consejero de Educación, Tontxu Campos, aguantó ayer con semblante serio, sin permitirse la más mínima sonrisa, el chaparrón que le lanzó encima el parlamentario del PP Iñaki Oyarzabal. Se trató de un ataque durísimo, en el que Oyarzabal llegó a acusar a Campos de falsear los resultados de un examen de euskera realizado por alumnos de Secundaria para justificar la reforma que ha impulsado de los modelos lingüísticos.

Oyarzabal siempre se ha empleado con ardor en las cuestiones relacionadas con el sistema educativo, especialmente en lo relacionado con los modelos lingüísticos y la supresión de la línea en castellano. Pero durante la interpelación que realizó ayer al consejero en el pleno del Parlamento sobre la reforma de los modelos superó fue más lejos que nunca. El parlamentario entró a saco y empezó por cuestionar el balance de un examen de euskera realizado en mayo de 2005 a alumnos de cuarto de Secundaria para conocer su dominio del euskera. Los malos resultados de esa prueba han sido una de los motivos aducidos para abordar la reforma del sistema actual de modelos en la que trabaja Educación. Previsiblemente, concluirá con la supresión del modelo A (enseñanza en castellano), para primar al euskera como lengua vehicular en una especie de modelo único.

El baremo que debía superarse en aquel examen era el nivel B2, que equivale en euskera al First inglés. Sólo un 57,2% de los estudiantes del modelo D (euskaldún) aprobó la prueba escrita y un 68% las orales, Mientras, en el modelo B (bilingüe) los resultados fueron peores: un 27,5% y un 32,6% de aprobados respectivamente. Ningún alumno del modelo A pasó la prueba previa que daba acceso al examen.

"Seguro que estos resultados no son ciertos", espetó Oyarzabal. "Porque de ser verdad hubieran provocado un terremoto. ¿Cómo se le dice a un padre que su hijo no tiene un nivel elemental de euskera cuando ha estado estudiando todas las asignaturas en ese idioma desde los tres a los 16 años? Están engañando a la gente", recalcó. Según el parlamentario, el departamento hizo "mal la prueba", el nivel exigido "no era el razonable" o se han ofrecido de manera intencionada unos resultados peores de los reales para justificar la necesidad de reformar los modelos y acabar con el castellano.

El consejero pasó por alto las acusaciones de fraude y le replicó que la experiencia de 25 años ha demostrado que el actual sistema no sirve para que los alumnos de los tres modelos concluyan la etapa obligatoria con un nivel "adecuado" de euskera y castellano, que les permita relacionarse sin problemas en esos dos idiomas. "Con la reforma", añadió, "el departamento trata de cumplir con lo que establece el Estatuto de Gernika, la Ley de Normalización Lingüística y la Ley de Escuela Pública Vasca".

Tras esta réplica, Oyarzabal generalizó sus ataques al nacionalismo en general, al que culpó de "pervertir" el sistema de tres modelos, forzar los ritmos de euskaldunización y "echar" a los profesores que no saben euskera para "meter a los suyos" (en referencia a los nacionalistas).

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