Chrysler pacta un nuevo convenio tras una huelga de siete horas

La dirección de la compañía automovilística Chrysler llegó ayer a un principio de acuerdo con el principal sindicato del sector, United Auto Workers (UAW), apenas siete horas después de que miles de sus afiliados optaran por abandonar sus puestos de trabajo en Estados Unidos como medida para presionar para la firma de un nuevo convenio. Era la primera huelga que afrontaba el gigante de Detroit en una década y coincidía con el cambio propietario.

El paro arrancó a media mañana y se desconvocó a las seis de la tarde en la costa este estadounidense (media noche en España). Se calcula que C...

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La dirección de la compañía automovilística Chrysler llegó ayer a un principio de acuerdo con el principal sindicato del sector, United Auto Workers (UAW), apenas siete horas después de que miles de sus afiliados optaran por abandonar sus puestos de trabajo en Estados Unidos como medida para presionar para la firma de un nuevo convenio. Era la primera huelga que afrontaba el gigante de Detroit en una década y coincidía con el cambio propietario.

El paro arrancó a media mañana y se desconvocó a las seis de la tarde en la costa este estadounidense (media noche en España). Se calcula que Chrysler podría haber perdido unos 50 millones de dólares diarios (35,3 millones de euros) por la huelga, que afectó a 17 de las 22 plantas con las que cuenta en todo el país. Al sindicato del automóvil están afiliados 49.000 asalariados, que afrontaron la movilización con la esperanza de lograr un acuerdo más ventajoso que el alcanzado por General Motors.

La dirección de Chrysler, controlada por la firma de capital riesgo Cerberus, retomó las negociaciones con el sindicato tras desprenderse de Daimler AG. Sus gestores jugaron duro, con la ventaja de que la compañía no cotiza. Pero el paro podía comprometer el lanzamiento de nuevos modelos este otoño, por eso necesitaban llegar a un pacto con los empleados que permitiera mantener la actividad en sus plantas.

La huelga duró menos que la protagonizada por asalariados de General Motors, que a final de septiembre paralizaron la producción de la compañía durante escasamente dos días. Los detalles del pacto se desconocían al cierre de esta edición, pero podrían ser similares a los de GM.

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