"Te sientes como una basura"

La doctora Sánchez (nombre ficticio) tiene grabada en la mente la fecha del 14 de septiembre de 2003. Ese día, esta médico del servicio de Emergencias 061, recibió una llamada de un domicilio de Puerto Banús, en Marbella (Málaga). "Era de una persona que decía encontrarse mal y que quería que le diéramos directamente la medicación. Cuando le dijimos que antes teníamos que diagnosticarle se lo tomó mal y me pidió que le dijera mi nombre para denunciarme. Luego empezó a gritar y al final me golpeó en el hombro izquierdo, me di contra la puerta y me caí al pasillo. Tuve que salir corriendo con mi...

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La doctora Sánchez (nombre ficticio) tiene grabada en la mente la fecha del 14 de septiembre de 2003. Ese día, esta médico del servicio de Emergencias 061, recibió una llamada de un domicilio de Puerto Banús, en Marbella (Málaga). "Era de una persona que decía encontrarse mal y que quería que le diéramos directamente la medicación. Cuando le dijimos que antes teníamos que diagnosticarle se lo tomó mal y me pidió que le dijera mi nombre para denunciarme. Luego empezó a gritar y al final me golpeó en el hombro izquierdo, me di contra la puerta y me caí al pasillo. Tuve que salir corriendo con mi compañera". El agresor fue condenado a 14 meses de prisión por atentado, injurias y agresiones, pero la pena impuesta -considerada inicialmente como falta y después recurrida por el abogado de la médica- apenas si compensó a la doctora Sánchez.

"Las contusiones pasaron pronto, pero psicológicamente me quedé hecha polvo. Cuando te pasa algo así te sientes como una basura y la incredulidad y la impotencia te rompen los esquemas mentales". Al día siguiente de la agresión, la doctora abandonó el servicio llorando y durante semanas se vio invadida por la apatía y los nervios. "Cuando sonaba el teléfono sentía un pinchazo en el estómago", recuerda. Sánchez salió del pozo por sí misma "con mucho trabajo", pero actualmente 54 profesionales sanitarios han solicitado tratamiento psicológico después de ser objeto de agresiones, según datos del SAS.

"La medicina se ha convertido en una profesión de riesgo, y no sólo por la posibilidad de caerte por un terraplén cuando sales a atender un accidente", asegura la doctora, que ha vivido cómo uno de sus compañeros sufría una factura de tibia y peroné por el ataque de un familiar de un paciente.

"Las agresiones verbales son el día a día de esta profesión, y sólo se denuncia lo más gordo", afirma la médica. "Afortunadamente ahora el Colegio se ha volcado y el SAS está mucho más sensibilizado con el problema", asegura Sánchez, que cuando sufrió la agresión, ahora hace más de cuatro años, se sintió "desamparada".

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