Manuel Santiago Silva: "No tengo nada que perder, pero dudo que gane esta batalla"

Manuel Santiago Silva (Moaña, 1964) está casado, tiene dos hijos y una hipoteca de 500 euros al mes. Trabajó como guarda de seguridad montando estructuras para naves y en 1998 encontró un puesto en el Ayuntamiento de Moaña, como vigilante del vertedero de basuras. Le despidieron en 2001 para no hacerle fijo, pleiteó y ganó. Entre 2001 y 2006, trabajó en el servicio de basuras como empleado municipal. Tras cuatro años limpiando, el Ayuntamiento moañés contrató el servicio con Urbaser (del grupo ACS) y Silva firmó un contrato basura. Desde hace 20 días, protagoniza una acampada de protesta frent...

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Manuel Santiago Silva (Moaña, 1964) está casado, tiene dos hijos y una hipoteca de 500 euros al mes. Trabajó como guarda de seguridad montando estructuras para naves y en 1998 encontró un puesto en el Ayuntamiento de Moaña, como vigilante del vertedero de basuras. Le despidieron en 2001 para no hacerle fijo, pleiteó y ganó. Entre 2001 y 2006, trabajó en el servicio de basuras como empleado municipal. Tras cuatro años limpiando, el Ayuntamiento moañés contrató el servicio con Urbaser (del grupo ACS) y Silva firmó un contrato basura. Desde hace 20 días, protagoniza una acampada de protesta frente a la casa consistorial de Moaña.

Pregunta. ¿Qué pide usted?

Respuesta. Un sueldo digno. No creo que, en el año 2007, ningún padre de familia, ninguna madre de familia, deba ganar menos de 1.000 euros al mes.

P. ¿Cree que lo logrará?

R. Sinceramente, no creo que gane esta batalla. Pero no tengo nada que perder. Ya estoy fuera.

P. ¿Sabe usted que mucha gente gana 600 euros al mes y no protesta?

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R. Claro que lo sé. Pero creo que hay que protestar porque es imposible vivir de un sueldo así.

P. ¿Le gusta ser barrendero?

R. No está mal. Lo que pasa que cuando trabajaba para el Ayuntamiento ganaba casi el doble.

P. Entonces, ¿por qué firmó el contrato?

R. No lo leí. Me dijeron que iba a seguir en las mismas condiciones una vez privatizado el servicio.

P. ¿Es cierto que ahora le ofrecen un contrato indefinido?

R. Urbaser, ya antes de la acampada, me ofreció el mismo contrato

[salario base de 466 euros] pero indefinido. La misma porquería. Bueno, estoy aprovechando la acampada de protesta para estudiar y poder sacar el carné de camión, a ver si labro otro futuro.

P. ¿Va a estar acampado hasta que le paguen 1.000 euros?

R. No, hasta el 4 de septiembre.

P. ¿Por qué?

R. El día 4 tengo el juicio por despido improcedente. Desmontaré la tienda, me iré a casa, me ducharé y se acabó. Pase lo que pase.

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