Los fallos, el N y el N+1

Los técnicos y especialistas en el sistema eléctrico diferencian, básicamente, entre dos situaciones de la red: N-1 y N. Sin entrar en complejidades, conviene saber que la situación N-1 es la ideal. Justo la contraria de la circunstancia que se dio en Barcelona el pasado día 23.

La situación N-1 supone que, en caso de que se produzca un fallo en la red eléctrica, hay vías alternativas para que la corriente fluya. Tendría que haber dos fallos para perder el suministro. De esa manera se evita el apagón y los únicos que saben de la avería son los que la reparan.

Subir en la clasific...

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Los técnicos y especialistas en el sistema eléctrico diferencian, básicamente, entre dos situaciones de la red: N-1 y N. Sin entrar en complejidades, conviene saber que la situación N-1 es la ideal. Justo la contraria de la circunstancia que se dio en Barcelona el pasado día 23.

La situación N-1 supone que, en caso de que se produzca un fallo en la red eléctrica, hay vías alternativas para que la corriente fluya. Tendría que haber dos fallos para perder el suministro. De esa manera se evita el apagón y los únicos que saben de la avería son los que la reparan.

Subir en la clasificación (N, N+1), equivale a asumir riesgos. En el Congreso, el ministro de Industria, Joan Clos, asumió como gran objetivo alcanzar el nivel N-1 para toda la red eléctrica española, hasta colocarla al nivel de países como Alemania, Francia y Reino Unido.

El objetivo no será fácil de conseguir. El grupo Iberdrola, por ejemplo, ha finalizado los trabajos para la puesta en marcha, en la Comunidad de Valencia, de la línea eléctrica que une Vilanova y Gandía. Tiene 40 kilómetros, 132 kilovoltios y ha supuesto una inversión total de ocho millones de euros. La línea, vital para dar servicio a la zona sur de la provincia de Valencia, que en verano llega a alcanzar los 700.000 habitantes, fue planificada en el año 1989. Hasta iniciar su ejecución, en el año 2003, fueron necesarios hasta 11 proyectos alternativos.

Las eléctricas se quejan, sobre todo, de las trabas que sufren por parte de los Ayuntamientos para instalar nuevas infraestructuras. El presidente de Red Eléctrica, Luis Atienza, lo ha explicado estos días: la gente, viene a decir, no valora igual las infraestructuras eléctricas que otro tipo de obras. Es una cuestión de relación.

En el caso de la electricidad, el contacto entre el usuario y el servicio que recibe se produce al accionar el interruptor. Los cables, los transformadores y las subestaciones no se perciben como algo indispensable. No sucede lo mismo en el caso de las infraestructuras viarias, que el ciudadano sí utiliza físicamente.

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