Reportaje:El fuego ataca las islas Canarias

El enemigo es el fuego

Zapatero y Paulino Rivero no quieren más "burocracia" en Protección Civil

Llegaron tan relajados del aeropuerto de Los Rodeos, donde el presidente canario Paulino Rivero recibió al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que daba la impresión de que al menos en Tenerife la congoja había pasado. Y no había pasado del todo, todavía.

Cuando llegaron al centro desde se dirigen las operaciones de control de los incendios que amenazaron con arrasar el corazón de la isla se encontraron con un funcionario que antes fue campeón del mundo de boxeo, el tinerfeño Miguel Velásquez, y Zapatero lo reconoció y lo trató como un antiguo mito. "Un fino estilista"...

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Llegaron tan relajados del aeropuerto de Los Rodeos, donde el presidente canario Paulino Rivero recibió al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que daba la impresión de que al menos en Tenerife la congoja había pasado. Y no había pasado del todo, todavía.

Cuando llegaron al centro desde se dirigen las operaciones de control de los incendios que amenazaron con arrasar el corazón de la isla se encontraron con un funcionario que antes fue campeón del mundo de boxeo, el tinerfeño Miguel Velásquez, y Zapatero lo reconoció y lo trató como un antiguo mito. "Un fino estilista", le dijo al ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba.

Luego Zapatero y Rivero, además del presidente del Cabildo, Ricardo Melchior, y el delegado del Gobierno, José Segura, se juntaron para acordar varias cosas, que desgranaron luego en rueda de prensa. Las prácticas: habrá una Unidad Militar Especial para combatir los incendios y otras catástrofes en Tenerife; ahora ha actuado a "la máxima satisfacción"...

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Zapatero cree que esa unidad, que comanda el general Fulgencio Coll, es "la joya de la corona" de la Protección Civil, y hasta ahora tenía un contingente en Gran Canaria. Estará en Tenerife, también; no se sabe cuándo. Y el presidente del Gobierno anunció que el viernes habrá un Consejo de Ministros "extraordinario" para decretar cómo se ayuda a los damnificados. ¿Cuántos? Todavía no se sabe. Rivero, que se congratuló de que las distintas administraciones hayan demostrado, en esta crisis, que saben actuar conjuntamente con el enemigo común, el fuego, dijo que ahora lo importante era agradecer a todo el mundo, "y a la suerte", que sólo hubiera pérdidas materiales; él lo sabe bien, porque en los desfiladeros por donde pasó voraz el incendio había verdaderas bombas de fuego que hubieran acabado con muchas vidas si no se hubieran evacuado a tiempo.

El clima con el que llegaron Zapatero y Rivero se reprodujo en la comparecencia ante los periodistas; Melchior había dicho antes que el fuego estaba controlado "en todos los frentes", y que únicamente estaba preocupado porque nada lo avivara. Y Rivero dijo que eso había ocurrido "porque se había producido una coordinación precisa y absoluta" entre las distintas administraciones; Zapatero recalcó la importancia de la UME, y cada vez que lo hacía el general Coll ensayaba en el estrado la posición de firmes.

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Al final de la comparecencia periodística se le preguntó a Zapatero y a Rivero qué les parecía la idea que acaba de producir el líder de la oposición, Mariano Rajoy, sobre la creación de una especie de comando conjunto, y estatal, para centralizar la respuesta a los desastres. "La UME es lo mejor que hemos hecho; no existía, y es formidable; más de 4.000 hombres, dispuestos a acudir a cualquier contingencia que haga falta", recalcó Zapatero. Rivero no le fue a la zaga en su reticencia. Él es partidario de descentralizar, y los dos, dijeron, son contrarios a que "la burocracia" domine la lucha contra el infortunio. Cuando ya se iban a Las Palmas, se nos acercó Rubalcaba, y nos dijo:

-¿Sabe qué ha pasado? Las cuatro treintas. Las cuatro treintas concitan siempre desgracias. Más de treinta grados de temperatura, menos de treinta grados de humedad, más de treinta grados de pendiente y más de treinta nudos de viento. Y Tenerife tenía todos los treinta de la quiniela este último lunes.

Se fueron como llegaron, como el viento.

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