Reportaje:

Oro negro en Córdoba

Cae una red acusada de defraudar 158 millones traficando con el metal precioso

Cada mañana se repite la misma escena. Los intermediarios llaman a los pequeños talleres de joyería de Córdoba para cantar la cotización del oro de ese día. La siguiente pregunta es qué cantidad quiere el cliente. "Un kilo, kilo y medio... Dices cuánto quieres y al día o los dos días te lo entregan. Se suele pagar con un talón bancario", explica el socio de una joyería que prefiere preservar su identidad. Un puñado de intermediarios se reparte el mercado de los pequeños y medianos fabricantes. Los grandes productores se saltan esos mediadores y acuden directamente a Suiza o a Londres, los cent...

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Cada mañana se repite la misma escena. Los intermediarios llaman a los pequeños talleres de joyería de Córdoba para cantar la cotización del oro de ese día. La siguiente pregunta es qué cantidad quiere el cliente. "Un kilo, kilo y medio... Dices cuánto quieres y al día o los dos días te lo entregan. Se suele pagar con un talón bancario", explica el socio de una joyería que prefiere preservar su identidad. Un puñado de intermediarios se reparte el mercado de los pequeños y medianos fabricantes. Los grandes productores se saltan esos mediadores y acuden directamente a Suiza o a Londres, los centros de distribución de este metal en Europa.

La compañía veterana en la compra y venta de oro es la Sociedad Española de Metales Preciosos (SEMPSA). Muchas de las 1.114 empresas de joyería registradas en Córdoba recurren a ella para obtener la materia prima con la que fabrican las alhajas. Pero hay otros que les ofrecen oro. Individuos o empresas como Recuperaciones y Afinaciones. "Debe llevar operando con ese nombre unos siete u ocho años", detalla un joyero cordobés que ha trabajado con esta sociedad pero que afirma tajante que sus facturas están en regla. Y es que la policía sitúa a esa empresa en el centro de una gran trama de venta de oro negro que habría defraudado alrededor de 158 millones de euros gracias a que se ahorraba el pago del IVA, según la Agencia Tributaria. Se trata de la Operación Fénix, que de momento se ha saldado con la detención 58 personas, entre intermediarios, pequeños y medianos productores y empleados de talleres de joyería, la gran mayoría radicados en Córdoba.

El oro era comprado en Suiza, declarado como inversión y vendido a joyeros

El golpe policial arrancó en otoño de 2005, cuando inspectores de la Agencia Tributaria en Barcelona y Córdoba detectaron movimientos sospechosos. Pero las primeras detenciones no se produjeron hasta finales del año siguiente. Entre octubre de 2005 y noviembre de 2006 la policía investigó el presunto fraude, que se remontaría al ejercicio de 2003. Una de las claves de la investigación fueron las conversaciones telefónicas intervenidas por la policía con la aprobación del magistrado encargado del caso. A finales de 2006 fueron arrestadas 23 personas (14 en Córdoba, seis en Barcelona y dos más en Jaén y Málaga), entre las que se encontraban los presuntos urdidores de la trama. Hace más de una semana, dentro de la segunda fase de la Operación Fénix, fueron detenidas 35 personas más. Se trata del supuesto último eslabón de la red. Es decir, los pequeños productores de la ciudad que habrían comprado ese oro negro. Los 23 primeros detenidos fueron puestos en libertad con cargos. En algunos casos, sin fianza. En otros, con fianzas que van desde los 60.000 a los 6.000 euros. Los arrestados en la segunda fase salieron con cargos y sin fianza, aunque han sido bloqueadas cuentas corrientes de 17 entidades bancarias, con un saldo global que supera el millón de euros, y se han requisado 150 inmuebles y fincas, la mayoría situadas en la provincia de Córdoba.

La red adquiría el metal precioso, oro fino de 999,9 milésimas, en Suiza. Lo introducía en España declarándolo como inversión, con lo que estaba exento del pago del IVA. Según la policía, la siguiente escala era Barcelona, donde también existe un potente mercado de metales preciosos. La trama, según los investigadores, simulaba allí la venta del oro a una serie de sociedades fantasma. Pero los verdaderos destinatarios eran mayoristas y fabricantes que lo adquirían por debajo del precio de mercado para volver a venderlo o para fabricar joyas. En noviembre de 2006 la Agencia Tributaria cifró el fraude en 154 millones de euros: no eran abonados el IVA, el Impuesto sobre Sociedades ni el IRPF. Además, también se le imputa a la red los delitos de falsedad en documento mercantil, delito contable y blanqueo de capitales.

La trama encontró una brecha en el sistema. En 1998 la Unión Europea aprobó una directiva por la que el oro que se adquiriera como inversión estaba exento del pago del IVA. Se hizo para solucionar posibles agravios, ya que algunos Estados ya habían puesto en marcha esa medida. Pero el objetivo último era volver a hacer atractivo el oro como inversión. La crisis de este metal se remonta a 1971, cuando Richard Nixon, entonces presidente de EE UU, le dio la puntilla como inversión al decretar la inconvertibilidad del dólar en oro.

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De una cierta crisis o bache en las ventas en la joyería también se habla actualmente en Córdoba. Es un sector vital para la economía de la ciudad, ya que se estima que más del 40% de su PIB proviene de esta actividad. Manuel Berral, presidente de la Asociación Provincial de Joyeros, afirma que entre 10.000 y 12.000 personas trabajan en el sector. "El 60% de las joyas que se venden en España proceden de aquí", añade. Y el sector teme que la Operación Fénix pueda dañar su imagen. Dice Berral que las medidas policiales contra los últimos detenidos fueron "desorbitadas", ya que se les ha tratado como a "terroristas", porque estuvieron detenidos durante casi 72 horas para luego ser puestos en libertad sin fianza, aunque con cargos. Esta asociación ha anunciado que pondrá a disposición de los detenidos los servicios de su gabinete jurídico si lo requieren.

Respecto a la crisis que atraviesa el sector en la ciudad, Berral afirma que desde 2001 las exportaciones han ido cayendo progresivamente. Los joyeros esperan que sus alhajas "vuelvan a estar de moda" y que el golpe policial no enturbie la imagen del sector.

Varios de los imputados en la Operación Fénix llegan a los juzgados de Córdoba en un furgón policial.EFE

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