Una turbina del avión que se estrelló en Brasil tenía un fallo

Aunque aún no está listo el análisis de la caja negra del avión Airbus que se estrelló contra un edificio el pasado martes en São Paulo, accidente en el que murieron al menos 190 personas, la madeja de las posibles causas empieza a desenredarse. La aerolínea TAM admitió ayer que el aparato, el primer avión comercial con el sistema de control totalmente informatizado, tenía un problema técnico en el reversor de una turbina.

Los directivos de la empresa aseguran que el reversor era sólo uno de los tres sistemas de frenado y que esa avería no comprometía la seguridad del aterrizaje. El vic...

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Aunque aún no está listo el análisis de la caja negra del avión Airbus que se estrelló contra un edificio el pasado martes en São Paulo, accidente en el que murieron al menos 190 personas, la madeja de las posibles causas empieza a desenredarse. La aerolínea TAM admitió ayer que el aparato, el primer avión comercial con el sistema de control totalmente informatizado, tenía un problema técnico en el reversor de una turbina.

Los directivos de la empresa aseguran que el reversor era sólo uno de los tres sistemas de frenado y que esa avería no comprometía la seguridad del aterrizaje. El vicepresidente técnico de TAM, Rui Amparo, dijo al canal Globo que el fallo había sido comunicado el viernes de la semana pasada, pero el avión siguió volando porque, según los manuales de vuelo, existen 10 días para corregir el desperfecto sin que ello suponga algún peligro.

Expertos en aviación continúan trabajando con hipótesis variadas sobre las causas del accidente, aunque no excluyen que el defecto de la turbina, unido al mal estado de la pista, pudiera haber contribuido al accidente.

En un discurso a la nación, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva pidió anoche "serenidad a todos los brasileños" para evitar juicios precipitados sobre las responsabilidades del accidente. Lula aseguró que están investigando con rigor y confirmó las medidas tomadas ayer por el Gobierno, destinadas a redistribuir el tráfico aéreo entre los aeropuertos de Estado de São Paulo para descongestionar Congonhas, donde tuvo lugar el accidente, y que registra la mayor concentración de vuelos del país.

El Ejecutivo brasileño también estudia abrir la construcción y la administración de los aeropuertos al capital privado.

Gesto obsceno

La noticia del posible fallo técnico del Airbus, que descargaría en parte la responsabilidad del Gobierno en la tragedia, fue celebrada de forma gráfica y poco elegante por Marco Aurelio García, asesor para asuntos internacionales de la Presidencia de la República.

En una fotografía publicada ayer en primera página del diario O Globo, el asesor aparece haciendo un gesto obsceno de satisfacción a otro asesor gubernamental. La oposición y los familiares de las víctimas han exigido la destitución de García. El funcionario se disculpó ayer públicamente y negó que su reacción expresara "satisfacción, alivio o felicidad". "El sentimiento que me poseyó al ver la noticia fue fundamentalmente de indignación. Sin ninguna investigación o informe técnico consistente, importantes sectores de los medios de comunicación no dudaron, pocas horas después del accidente, en lanzar contra el Gobierno la responsabilidad de la tragedia en São Paulo", dijo en un comunicado.

Tres días después del accidente, los equipos de rescate siguen buscando víctimas entre los escombros de la terminal de carga contra la que chocó el avión tras su fallido aterrizaje. Ya han sido confirmadas 190 muertes, aunque las víctimas podrían ser más de 200.

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