El gasto en los servicios sociales se ha multiplicado por 2,5 en la última década

Álava destina 115 euros más por habitante que los otros dos territorios históricos

El gasto anual en servicios sociales por habitante en Euskadi ha pasado en diez años de 236,8 euros a 606 euros, según los datos del Instituto Vasco de Estadística (Eustat). Vizcaya y Guipúzcoa han igualado su gasto en 590 euros por persona, mientras en Álava alcanza los 705 euros por habitante. Fernando Fantova, consultor social, asegura que la progresión es lógica y responde a dos motivos: la buena marcha de la economía y, sobre todo, al creciente envejecimiento de la población. En todo caso, considera que los servicios no están estructurados, lo que resta eficacia.

¿Qué es el gasto s...

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El gasto anual en servicios sociales por habitante en Euskadi ha pasado en diez años de 236,8 euros a 606 euros, según los datos del Instituto Vasco de Estadística (Eustat). Vizcaya y Guipúzcoa han igualado su gasto en 590 euros por persona, mientras en Álava alcanza los 705 euros por habitante. Fernando Fantova, consultor social, asegura que la progresión es lógica y responde a dos motivos: la buena marcha de la economía y, sobre todo, al creciente envejecimiento de la población. En todo caso, considera que los servicios no están estructurados, lo que resta eficacia.

¿Qué es el gasto social? Cada año, cuando presenta los presupuestos generales de la comunidad, el Gobierno asegura que la mayor parte, en torno al 70%, corresponde a gasto social. En este concepto se incluye capítulos como educación o sanidad, actividades ambas desarrolladas por el ejecutivo. Frente a este concepto amplio del gasto social se encuentra el del dinero destinado directamente a servicios sociales (asistencia a discapacitados, mayores o personas desfavorecidas). El análisis del Eustat se limita a este segundo enfoque.

Los sindicatos se refieren a él cuando aseguran que entre la Unión Europea y Euskadi existe una brecha social, pero también al recogido en el Informe Socioeconómico de 2006 elaborado por el Eustat el pasado año. En dicho estudio se habla del sistema de protección social y se asegura que el gasto destinado a este concepto ha aumentado en términos relativos desde 1995, pero ha caído su peso porcentual sobre el total del producto interior bruto (PIB): si en 1995 el gasto social significaba un 19,5% del PIB vasco, en 2003 había bajado al 18,8%.

Fontova asegura que, efectivamente, el gasto social en Euskadi en comparación con la media de la UE-15 (antes de la ampliación) es todavía importante. Sin embargo, reconoce que el País Vasco sufre un "déficit histórico". Parte de un punto muy bajo que progresivamente se intenta recortar distancias, ya que el desarrollo del Estado del bienestar es muy posterior al de otros países europeos. En 1998 el gasto anual per cápita era de 79,1 euros y la diferencia entre territorios era aún mayor que la actual. Mientras en Álava se gastaban 130,4 euros, en Guipúzcoa eran 83,6 y en Vizcaya tan solo 64,5 euros.

Falta de estructura

Fontova sostiene que el problema de los servicios sociales no está en en las cantidades que se gastan, sino en la falta de una estructura compleja de prestación de servicios. "Al final, el gasto no es eficiente por descoordinación y falta de claridad", asegura. Fontova llama la atención de que el Eustat facilite el gasto de 2005 en un momento en que la información se tiene en tiempo real. Considera que esto es un "síntoma" de las carencias del sistema, de su falta de integración. En este sentido, señala que será buena la puesta en marcha de una ley de Servicios Sociales, objetivo no sólo de Euskadi sino también de otras comunidades autónomas.

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Cree el consultor que la Ley de Dependencia crea unos derechos, algo positivo, pero no los sistemas para articularlos. Y vaticina que su aportación para racionalizar el sistema llegará a medio plazo, no en breve. Recuerda que las ayudas llegan desde distintos niveles administrativos que cuentan con ventanillas distintas y que desconciertan al perceptor de los servicios sociales.

El gasto en servicios sociales de Euskadi alcanzó en 2005 casi los 1.298 millones de euros, un 8,5% más que el año anterior, lo que representó un 2,3% del PIB vasco. En 1996 era el 1,6%. El crecimiento en valores absolutos se ha multiplicado por 2,5, mientras el incremento del porcentaje sobre el PIB, sobre la riqueza total de Euskadi, lo ha hecho por 1,43.

Por territorios, el aumento del gasto fue de un 4% en Álava, de un 10% en Vizcaya y de un 8% en Guipúzcoa. Las distintas administraciones públicas corrieron con el 70% del gasto total, 903 millones de euros, mientras que la cantidad restante fue aportada por el sector privado. Destacan los 162 millones de euros aportados por los usuarios a cambio de los servicios recibidos, que representaron el 13% del gasto corriente.

Los servicios sociales de Euskadi emplearon de forma directa a 21.941 personas, el 2,3% de los ocupados, de los que el 68% fueron mujeres. Sumando el personal subcontratado de atención directa, cuya dedicación equivale a 4.411 empleos en dedicación plena, el empleo se incrementaría en un 20%.

Aumento del voluntariado

Durante 2005 destacó el aumento del 20% del voluntariado en dichos servicios, ascendiendo a 18.675 personas. Estas aportaron mediante su colaboración un esfuerzo equivalente a 1.061 empleados en dedicación plena. Los servicios sociales destinados al conjunto de la población y los centros especializados dirigidos a los mayores fueron las áreas a las que se destinaron mayor cantidad de recursos, un 67% del gasto total.

En este sentido, los programas de renta básica se subvencionaron con 145 millones de euros, lo que supuso un incremento interanual del 15%, y las ayudas de emergencia social con 39 millones, un 16% más que en 2004. Por otro lado, los servicios residenciales para la tercera edad contaron con una oferta de 15.559 plazas, 600 más que en 2004, alcanzando una cobertura de cuatro plazas por cada 100 ancianos de 65 y más años. Un 36% de estas plazas residenciales se ofertaron desde centros de titularidad pública. Asimismo, 17.964 ancianos, el 5% del total, fueron atendidos en su propio hogar, constituyendo el 90% de los usuarios del servicio de ayuda a domicilio.

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