El 'cazador de palabras' Leguineche, premiado por toda su trayectoria

La Asociación de Periodistas Vascos reconoce al cronista y escritor de Gernika

Manu Leguineche estuvo ayer en esencia en la capital vizcaína para recoger el Premio Periodistas Vascos 2007. El infatigable cronista, periodista de trinchera, escritor de libros de viajes vio ayer reconocida, una vez más, toda su trayectoria como decano de esta profesión y maestro y referente de periodistas. El homenaje, al que el profesional gernikés no acudió por motivos de salud, aunque se le pudo ver en un vídeo grabado en junio en su actual txoko vital, Brihuega (Guadalajara), fue otorgado por la Asociación de Periodistas Vascos.

La Asociación de Periodistas Vascos pretendí...

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Manu Leguineche estuvo ayer en esencia en la capital vizcaína para recoger el Premio Periodistas Vascos 2007. El infatigable cronista, periodista de trinchera, escritor de libros de viajes vio ayer reconocida, una vez más, toda su trayectoria como decano de esta profesión y maestro y referente de periodistas. El homenaje, al que el profesional gernikés no acudió por motivos de salud, aunque se le pudo ver en un vídeo grabado en junio en su actual txoko vital, Brihuega (Guadalajara), fue otorgado por la Asociación de Periodistas Vascos.

La Asociación de Periodistas Vascos pretendía con la concesión de este galardón a Manu Leguineche (Arratzu, 1941) reconocer la cátedra e influencia reales que siguen teniendo sus escritos y vivencias. "Sus libros han sentado las bases de un nuevo género, convirtiéndolo en un maestro indiscutible del periodismo literario", señala su presidenta Lucía Martínez Odriozola.

Viajero incansable -"viajo para pasear un sueño, escapar de rutinas y agobios", reconoce- apasionado del silencio, la naturaleza y de lo rural, su confesada timidez no le ha impedido nunca estar en donde las páginas se escribían a golpe de telex y crónicas telefónicas: Vietnam, Latinoamérica, el gigante asiático, Irak y las sucesivas Tormentas del desierto... . No había destino hostil para el fundador de las agencias Colpisa y Fax Press, aunque muchas (demasiadas) veces la vida de un periodista o de un ser humano apenas si vale un dólar en alguno de los lugares que ha pisado Leguineche durante todas estas décadas de ejercicio del periodismo en primera línea.

Seguro que Leguineche, forofo del Athletic, estaba ayer doblemente contento: por la entrega del premio y por la permanencia de su equipo en Primera. Aunque esta vez tuviera que ver ambos acontecimientos desde la retaguardia. Sus hermanos Rosa y Benigno recogieron el galardón, una escultura de Nicolás Alba cuyo título El Cazador de palabras, parece en sí mismo un homenaje a un oficio tan complicado y creativo donde los sinsabores y las prisas comparten mesa y mantel con los focos, las grandes historias y "el sentido común", según asegura el propio galardonado.

Jugador de mus -ahí queda para la historia y para regocijo de los muslaris su libro La ley del mus (1992)-, Leguineche es un maestro de periodistas y juntaletras varios. Una profesión que lleva ahora de manera mucho más reposada entre la localidad alcarriense y, en menor medida, la luz de Garrucha (Almería). La Junta Directiva de la Asociación de Periodistas Vascos decidió concederle el galardón en reconocimiento a su trayectoria profesional como corresponsal de guerra, escritor. Su último libro, El club de los faltos de cariño (Seix Barral), publicado a principios de año, donde reconoce: "pienso más en Euskadi que si viviera allí, con más entusiasmo que viviendo allí", recordaba en el vídeo exhibido ayer durante la entrega del premio..

Además de la escultura, recibió el testimonio escrito de conocidos periodistas y escritores que celebraron este galardón. Entre otros, Miguel Delibes, que fue su director en El Norte de Castilla, en Valladolid, antes de que Manu diera el salto a Madrid, Javier Reverte; el dibujante Juan Carlos Eguillor, Carmen Sarmiento, Alfonso Armada, Iñaki Gabilondo, Carmen Torres Ripa, Diego Carcedo, Santiago Segurola, Patxo Unzueta, Vicente Romero, Ángela Rodicio, Rosa María Calaf, entresacados de una lista interminable. Para finalizar, la música de Kepa Junkera y la guitarra de Pepe Heredia atraparon anoche al vuelo las palabras de Leguineche.

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El periodista Manu Leguineche, en su casa de Brihuega (Guadalajara).LUIS MAGÁN

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