Editorial:

Diagnóstico sensato

El primer Informe Económico anual del Banco de España con el actual gobernador dispone de elementos de juicio relevantes para entender las prioridades y preocupaciones del supervisor financiero. Refleja esa combinación de independencia de criterio y prudencia que deben constituir las pautas básicas de actuación de la institución con mayor margen de influencia en el sistema bancario. La atención a ese primer diagnóstico de Fernández Ordóñez deriva también de la especial situación en la que se encuentra la economía española, que vive la culminación de una de las fases cíclicas de crecimiento más...

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El primer Informe Económico anual del Banco de España con el actual gobernador dispone de elementos de juicio relevantes para entender las prioridades y preocupaciones del supervisor financiero. Refleja esa combinación de independencia de criterio y prudencia que deben constituir las pautas básicas de actuación de la institución con mayor margen de influencia en el sistema bancario. La atención a ese primer diagnóstico de Fernández Ordóñez deriva también de la especial situación en la que se encuentra la economía española, que vive la culminación de una de las fases cíclicas de crecimiento más intenso y prolongado, pero en la que empiezan a manifestarse algunas serias contrapartidas, como las derivadas de la excesiva especialización en la construcción residencial.

El enorme endeudamiento privado (familias y empresas) de la economía española ha estado determinado en gran medida por ese patrón de crecimiento. La canalización de ese endeudamiento mediante el recurso intensivo del sistema bancario español a los mercados internacionales es también algo específico de esta fase económica. Hasta no hace muchos años, bancos y cajas apenas se endeudaban con otras entidades para financiar los procesos de inversión domésticos. Ahora lo han hecho en magnitudes sin precedentes. Y gran parte de esa financiación ha ido a parar a destinos vinculados a la actividad de construcción. La financiación de procesos de reestructuración empresarial también ha acaparado una parte significativa de ese ahorro exterior captado a través de bancos y cajas. La estabilización del crecimiento de los precios, la continua elevación de los tipos de interés y los tropiezos de algunas empresas en el mercado de acciones han acentuado la sensibilidad acerca de la digestión de ese endeudamiento y sus consecuencias sobre el conjunto de la economía.

Y eso lo transmite el gobernador y lo refleja el análisis del informe anual, pero con suficiente prudencia como para no generar alarmas innecesarias. Sugiere a las entidades que no se duerman en sus buenos resultados, fortalezcan la gestión de riesgos y mantengan la diversificación de la inversión crediticia. La atención a posibles crisis internacionales, en un contexto de creciente integración, debe obligar a las empresas financieras españolas a reforzar sus cautelas y buenas prácticas.

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