EE UU levanta un gran muro en el centro de Bagdad para aislar a un barrio suní

Los militares copian la valla israelí de Cisjordania con el objetivo de impedir atentados

El Ejército de EE UU ha comenzado a construir un enorme muro, que tendrá cinco kilómetros de longitud y 3,6 metros de altura, con el objetivo de aislar el barrio suní de Adhamiya -del que parten muchos de los coches bomba, según afirman los estadounidenses-. Esta decisión aumenta los temores de una balcanización de Bagdad. El de Adhamiya no será el único: la Zona Verde, donde se halla la Embajada estadounidense y las oficinas del Gobierno iraquí, está rodeada de una gran valla, lo mismo que el perímetro de los hoteles Palestina y Sheraton, donde viven numerosos contratistas.

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El Ejército de EE UU ha comenzado a construir un enorme muro, que tendrá cinco kilómetros de longitud y 3,6 metros de altura, con el objetivo de aislar el barrio suní de Adhamiya -del que parten muchos de los coches bomba, según afirman los estadounidenses-. Esta decisión aumenta los temores de una balcanización de Bagdad. El de Adhamiya no será el único: la Zona Verde, donde se halla la Embajada estadounidense y las oficinas del Gobierno iraquí, está rodeada de una gran valla, lo mismo que el perímetro de los hoteles Palestina y Sheraton, donde viven numerosos contratistas.

Los militares norteamericanos están convencidos de que ese muro -que reproduce el sistema defensivo israelí en Cisjordania y en la franja de Gaza- dificultará los ataques suicidas y la guerra confesional que mantienen las milicias chiíes y suníes desde febrero de 2006. Su construcción comenzó el 10 de abril y concluirá antes de final de mes. Aunque puede parecer una defensa más en una ciudad repleta de vallas, barricadas, protecciones contra el coche bomba y puestos de control, es la primera vez que se yergue una que se basa en principios sectarios, pues intenta separar un barrio suní de sus vecinos chiíes.

Adhamiya es una de las zonas más peligrosas de Bagdad. Pocos chiíes se aventuran a entrar en ella y son muchos los suníes que la evitan. Su edificación demuestra lo lejos que están dispuestos a llegar los militares para acabar con el baño de sangre en que está sumido el país. El mando militar de EE UU en Bagdad niega que el muro forme parte del plan de seguridad puesto en marcha el 13 de febrero y que de momento no ha logrado detener los atentados, pero sí reducir los asesinatos cometidos por escuadrones de la muerte.

"Profundizará la división"

La construcción de la barrera ha logrado, de momento, el fin contrario: unir a chiíes y suníes, al menos en su rechazo. "¿Tratan de dividirnos en cantones sectarios?", pregunta el dueño de un comercio de Adhamiya, que se identifica como Abu Ahmed, suní de 44 años. "Esto profundizará las divisiones y sólo servirá para abortar los intentos de reconciliación", añade.

Algunos clientes de Ahmed proceden de zonas chiíes o mixtas que ya se encuentran separadas por grandes barreras colocadas sobre la carretera. Estos clientes deben aparcar sus automóviles fuera del barrio y entrar en él a pie, a través de un pequeño pasadizo abierto en la pared, y tomar un taxi al otro lado.

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"¿Acaso estamos en Cisjordania?", se pregunta ofendido Abu Qusay, de 48 años, farmacéutico que se queja de que no podrá acudir a comer kebab a su restaurante favorito de Adhamiya.

Los bagdadíes están hartos de las numerosas barreras, calles cortadas y controles de todo tipo que convierten en un infierno cotidiano el tráfico de una ciudad de cinco millones de habitantes (según el censo anterior a la invasión). Muchos residentes creen que el muro se convertirá en objetivo de los dos bandos.

"Me temo que va a ser el patrón para todo Irak, un país dividido por criterios sectarios, raciales o religiosos", asegura el chií Abu Maruan, de 50 años, que vive en un barrio chií pegado al muro pero que trabaja en Adhamiya. Desde que comenzó la construcción ha dejado de ir a la farmacia en su automóvil porque ya no puede cruzar. Ahora debe caminar.

Najim Sadoon, de 51 años, está preocupado por su negocio de menaje. "Esto cierra la calle", dice en referencia a la pared. "Por eso va a tener graves consecuencias económicas. Los precios del transporte van a aumentar y la gente no podrá venir en sus coches y cambiará de tienda". Majid Fadhil, de 43 años, es jefe de policía al norte de la valla. Su confesión es chií y tiene una idea clara sobre el muro: "Esto no va a funcionar".

No es la primera vez que las tropas estadounidenses tratan de aislar una zona habitada considerada insurgente. Lo intentaron en Faluya (2004), Samarra (2005) y Tal Afar (2007), pero es la primera que se realiza con un obstáculo físico. El muro de Adhamiya contradice las palabras del secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, que el jueves visitó la ciudad de Faluya. El jefe del Pentágono pidió al Parlamento iraquí la aprobación de leyes que fomenten la reconciliación.

Por otra parte, la secretaria de Estado estadounidense, Condoleezza Rice, confirmó ayer que viajará el próximo mes a Egipto para asistir a una reunión sobre el desarrollo económico y la estabilidad política en Irak.

Soldados de Estados Unidos, junto a un supuesto miembro de la insurgencia iraquí arrestado ayer en Bagdad.REUTERS

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