CÁMARA OCULTA

Viernes y 13

Por fin, la ley del cine no fue discutida el pasado viernes en el Consejo de Ministros, como se dijo que estaba previsto. Viernes 13. Hay quien cree que hubiera sido de mal agüero hacerlo en semejante día. Del cine americano hemos importado hasta las supersticiones, y da canguelo el fatídico viernes 13 de las películas de terror: diez de ellas llevamos ya vistas, y parece que aún hay más por venir. Lo que de verdad se sabe es que la ley está retenida ante la negativa de las televisiones privadas a participar con parte de sus beneficios en la producción de cine español. "Nosotros ya producimos ...

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Por fin, la ley del cine no fue discutida el pasado viernes en el Consejo de Ministros, como se dijo que estaba previsto. Viernes 13. Hay quien cree que hubiera sido de mal agüero hacerlo en semejante día. Del cine americano hemos importado hasta las supersticiones, y da canguelo el fatídico viernes 13 de las películas de terror: diez de ellas llevamos ya vistas, y parece que aún hay más por venir. Lo que de verdad se sabe es que la ley está retenida ante la negativa de las televisiones privadas a participar con parte de sus beneficios en la producción de cine español. "Nosotros ya producimos por nuestra cuenta", dicen, "Alatriste, por ejemplo"; cuando dicha película está realmente producida por el intrépido independiente Antonio Cardenal, y financiada por Tele 5. No nos confundamos, el productor independiente importa.

Con tanta demora, la ley corre el riesgo de no promulgarse durante esta legislatura, a pesar de los buenos oficios de la vicepresidenta De la Vega, que a última hora ha metido mano públicamente en el tema. Esta nueva ley, con Fernando Lara como director del ICAA, firmada por la ministra Carmen Calvo, da motivos al aplauso y a la discusión, como todas las precedentes. No hay que ser del todo viejo para recordar las trifulcas que se armaron en torno a la llamada ley Miró. Entonces hasta se simuló un entierro del cine español, ataúd incluido, en protesta, a las mismísimas puertas del ministerio. Hubo insultos contra la incendiaria Miró, que había puesto patas arriba a todos los sectores del cine español.

Mucho ha avanzado desde entonces el cine español, aunque, ay, no vaya a haber ninguna película española a concurso oficial en el próximo festival de Cannes. Seguramente sonarán de nuevo las trompetas del Apocalipsis llamando a arrebato, como si las decisiones del comité de Cannes apoyaran a los enemigos del anteproyecto de ley del cine español. ¡País! La otra noche, Iñaki Gabilondo, en su informativo de Cuatro, vino a decir, a propósito de este país, que vivir en él podría ser cosa estupenda si no se perdieran tantas energías en la estúpida polémica de quién los tiene más grandes. Que si sólo se discutieran cosas realmente serias otro gallo nos cantara.

Digan lo que digan, dentro de poco estarán listas las nuevas películas, muy esperadas, de Guerin, Medem, Icíar Bollaín, Camus, Uribe, Saura, Gracia Querejeta, Gonzalo Suárez, Mercero, Álex de la Iglesia, Garci, Gutiérrez Aragón, Martínez Lázaro... A ver qué pasa. Puestos a ser supersticiosos, los dedos ya están cruzados.

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