Entrevista:MAXIMINO GARRIDO | Agricultor

"Lluvias en abril son la llave del año"

Los agricultores son, sin duda, los que mejor representan el cambio en el estado de ánimo derivado de las lluvias caídas durante las últimas dos semanas. Lo sabe bien Maximino Garrido Rodríguez, una olivarero de 46 años de Siles (Jaén), que no oculta su alegría por las últimas precipitaciones que, en el caso de su comarca, han superado los 120 litros desde la Semana Santa.

"Nuestros mayores decían que llover en esta época, en abril, es tener la llave del año", comenta esperanzado Maximino. Y es que, después de tres años de pertinente sequía, adversidad acentuada en la comarca de la Sier...

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Los agricultores son, sin duda, los que mejor representan el cambio en el estado de ánimo derivado de las lluvias caídas durante las últimas dos semanas. Lo sabe bien Maximino Garrido Rodríguez, una olivarero de 46 años de Siles (Jaén), que no oculta su alegría por las últimas precipitaciones que, en el caso de su comarca, han superado los 120 litros desde la Semana Santa.

"Nuestros mayores decían que llover en esta época, en abril, es tener la llave del año", comenta esperanzado Maximino. Y es que, después de tres años de pertinente sequía, adversidad acentuada en la comarca de la Sierra de Segura con las heladas que obligaron hace dos años a cortar cientos de olivos, los oleicultores ven con optimismo la próxima cosecha en una época clave para la floración del olivo.

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Las organizaciones agrarias ya han adelantado que pedirán a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) que duplique las dotaciones de riego previstas para esta campaña, que eran de 1.500 metros cúbicos por hectárea.

Eso en el regadío, pero más alivio aún han recibido los cultivos de secano, que eran los que padecían un mayor estrés hídrico. Es el caso también de Maximino Garrido, que vive en una comarca donde apenas hay regadío porque, tradicionalmente, registraba una excelente pluviometría. Pero eso ya pasó a la historia.

"Cuando yo era joven caían más de 600 litros en el año agrícola, por eso no se echaba de menos el regadío", comenta este agricultor, que lamenta que su pueblo se beneficie poco de la zona regable que traerá consigo la presa de Siles, de próxima construcción. "Hay que traer el riego aunque sea con bombeos", reclama.

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La presa de Siles, que aprovechará el curso alto del río Guadalimar, tendrá 30 hectómetros cúbicos de capacidad y aumentará la zona regable en 3.500 hectáreas, además de abastecer a los 13.000 habitantes de la comarca de Segura.

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