Reportaje:

En Fuente Álamo sobran mujeres

La alcaldesa de un pueblo murciano, obligada a incluir hombres en sus listas

"Una de nosotras deberá salir del Ayuntamiento por la Ley de Igualdad. ¿Cómo me va a parecer? ¡Pues muy mal!". Laura Muñoz es concejal del Ayuntamiento de Fuente Álamo (Murcia), un pueblo de 16.000 habitantes, gobernado por siete mujeres y tres hombres del Partido Popular desde las elecciones de 2003. La ley de Igualdad obliga a la alcaldesa, María Antonia Conesa, a incluir a cuatro hombres en la lista para los comicios de mayo, o lo que es lo mismo, a deshacerse de una de sus seis mujeres concejales. Conesa está tan indecisa que incluso bromea -sólo bromea- con la posibilidad de sacrificarse ...

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"Una de nosotras deberá salir del Ayuntamiento por la Ley de Igualdad. ¿Cómo me va a parecer? ¡Pues muy mal!". Laura Muñoz es concejal del Ayuntamiento de Fuente Álamo (Murcia), un pueblo de 16.000 habitantes, gobernado por siete mujeres y tres hombres del Partido Popular desde las elecciones de 2003. La ley de Igualdad obliga a la alcaldesa, María Antonia Conesa, a incluir a cuatro hombres en la lista para los comicios de mayo, o lo que es lo mismo, a deshacerse de una de sus seis mujeres concejales. Conesa está tan indecisa que incluso bromea -sólo bromea- con la posibilidad de sacrificarse ella misma y autoexcluirse de los puestos de salida de la candidatura del PP.

En algunos foros se refieren a esta corporación municipal como "las supernenas"

"Yo no voy a caer en el típico estereotipo de decir que las mujeres tenemos más neuronas. Pero lo que sí es cierto es que quizá por la educación somos más perfeccionistas, y estamos más centradas. Nos lo han inculcado desde pequeñas", asegura Conesa, ex mujer del anterior alcalde, Miguel Pérez Martínez, también del PP, inhabilitado por prevaricación.

Conesa y su equipo ganaron las elecciones de 2003 con un 58% de los votos. La participación de los hombres en la política municipal entró en peligro de extinción, hasta el punto de que en algunos foros, quizá con un poco de malicia y otro tanto de machismo, empezaron a referirse a la corporación como "las supernenas".

Laura Muñoz, una de las concejales en la picota, asegura que la situación es fruto del azar: "En el Ayuntamiento de Fuente Álamo somos siete mujeres y tres hombres porque hace un año y medio el número dos de la lista del PP renunció al cargo. Me lo propusieron y acepté. Desde entonces soy la concejal de Política Social, por lo que me encargo de las políticas de igualdad, mujer e inmigración, uno de los puntos más importantes en Fuente Álamo, ya que de los 16.000 habitantes, al menos 6.000 son inmigrantes", explica. "Es una pena que una persona, por el hecho de ser mujer y haberse aprobado una Ley de Igualdad, no pueda seguir con los programas y las políticas que había iniciado en años anteriores. Yo lo que quiero son resultados, y si he empezado a trabajar con mujeres quiero seguir trabajando con mujeres", apoya María Antonia Conesa.

Rosa Peñalver, diputada del PSOE en Murcia, sospecha de los argumentos de la alcaldesa popular de Fuente Álamo para oponerse a la ley: "Qué casualidad que tengan problemas con la ley que han aprobado todos los partidos del Congreso menos el PP", asegura, y añade: "Precisamente el caso de Fuente Álamo es una muestra de que nuestra ley es una garantía tanto para las mujeres como para los hombres, ya que lo que dice es que el género peor representado deberá tener al menos el 40% de los concejales".

Peñalver anunció que también los socialistas presentarán, "si la ejecutiva local lo aprueba el próximo viernes", a una mujer como candidata por Fuente Álamo a las municipales, la edil María Celdrán.

Como era de esperar, también en esta pequeña localidad de 16.000 habitantes, conocida por ser la organizadora de una de las competiciones más importantes de triatlón, los populares atacan lo que los socialistas defienden, aunque, finalmente, ambos tropiecen sin querer y sin saberlo en un mismo argumento. Confidencialmente, en el PSOE murciano, al igual que en el PP, aseguran que el auténtico sentido de esta ley se verá en los próximos años, y no precisamente para garantizar la participación de la mujer en la política, sino más bien al contrario.

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